Con la irrupción del bloque “Coherencia”, la oposición consiguió quórum para frenar los vetos de Milei

El Congreso de la Nación sumó un nuevo bloque legislativo integrado por los diputados Lourdes Arrieta. Marcela Pagano, Carlos D’Alessandro y Gerardo González. La bancada llevará el nombre “Coherencia” y comenzará a funcionar de manera formal desde hoy, apartada del bloque que responde a Javier Milei.

La Cámara de Diputados vivió una de esas jornadas donde las tensiones internas del oficialismo se transformaron en ventaja para la oposición. La sesión que buscó tratar los vetos presidenciales a las leyes de discapacidad y jubilaciones se inició gracias a un movimiento inesperado: tres legisladores que hasta hace poco respondían a La Libertad Avanza ocuparon sus bancas y habilitaron el quórum.

Marcela Pagano, Carlos D’Alessandro y Lourdes Arrieta, acompañados por Gerardo González, oficializaron en paralelo la conformación de un nuevo bloque bajo el nombre “Coherencia”. Con ese gesto no solo cristalizaron su ruptura con la conducción de Martín Menem, sino que también marcaron un punto de inflexión en el mapa parlamentario.

El nuevo bloque alejado de Milei

El flamante espacio en la Cámara Baja, según anunciaron sus integrantes en un comunicado, nace con la premisa de “trabajar unidos, con responsabilidad, manteniendo la coherencia y recuperando el valor de la palabra como pilar fundamental de la política”. Pero el bautismo político se dio de hecho en el recinto: Arrieta, Pagano y D’Alessandro se sentaron en sus bancas justo cuando a la oposición le faltaba un voto para abrir la sesión.

Detrás de la jugada hubo cuentas pendientes. La diputada mendocina Arrieta ya había conformado un monobloque el año pasado; Pagano mantenía un enfrentamiento abierto con Menem desde hacía meses; y D’Alessandro arrastraba un conflicto con el presidente de la Cámara que se profundizó el último fin de semana, cuando el partido libertario en San Luis, su terruño político, fue intervenido. Su ingreso al recinto fue leído como un pase de factura directo.

El resultado fue un golpe para el oficialismo: no solo no pudo evitar el tratamiento del primer expediente, sino que además quedó en la antesala de nuevas derrotas legislativas, en un escenario donde las alianzas circunstanciales y las fracturas internas comienzan a condicionar la capacidad de Milei para sostener sus vetos y su agenda.


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