El Congreso de Perú escribió el epílogo de un gobierno marcado por la controversia. Con un voto contundente de 122 legisladores, muy por encima de los 87 necesarios, los representantes del pueblo declararon la “permanente incapacidad moral” de Dina Boluarte, destituyéndola de la presidencia en un juicio político que no dejó espacio para la defensa. La reemplaza José Jerí y habrá elecciones el año que viene.
La primera mujer en ocupar el cargo más alto del país dejó el Palacio de Gobierno sin la banda presidencial, símbolo de un poder que se le esfumó en cuestión de horas.
Boluarte había llegado a la presidencia en diciembre de 2022, tras la destitución y arresto de Pedro Castillo, su antecesor y compañero de fórmula, cuyo intento de golpe de Estado había sacudido los cimientos de la democracia peruana. Pero su gestión, lejos de calmar las aguas, se vio envuelta en una espiral de violencia, protestas y acusaciones.
Más de cincuenta muertes durante la represión a las manifestaciones que exigían elecciones anticipadas, regalos de lujo no declarados, cirugías estéticas que habrían ocultado su real estado de salud, y la sospecha de encubrir la fuga de un líder político: las sombras de la corrupción y los derechos humanos la persiguieron hasta el final.

El jueves, mientras el Congreso debatía su destino, Boluarte brilló por su ausencia. No hubo defensa, ni explicaciones, ni un último intento por convencer a sus acusadores. Solo el silencio, roto al día siguiente por un mensaje a la nación que los canales de televisión interrumpieron sin miramientos.
Vestida de civil, sin los atributos del poder, la ahora exmandataria aceptó su destitución y comenzó a enumerar logros y cifras de su gestión. Pero el país ya había decidido: las pantallas se apagaron, y ella abandonó el Palacio de Gobierno en su automóvil oficial, rumbo a un futuro incierto y con once investigaciones fiscales pendientes.
El nuevo presidente de Perú
En su lugar, el derechista José Jerí, presidente del Congreso, asumió la jefatura interina del Estado. Mientras el fiscal general interino, Tomás Gálvez, anunciaba que pediría al juez que le prohíba a Boluarte salir del país, Perú se prepara para un nuevo capítulo: elecciones en 2026, y la esperanza —o la ilusión— de que la política pueda reconstruir lo que la crisis se llevó.

José Jerí Oré, de 38 años, asumió la Presidencia del Perú por sucesión constitucional luego de que el Congreso aprobara la vacancia de Dina Boluarte con 122 votos a favor. Hasta horas antes de la destitución, Jerí ejercía como titular del Parlamento para el periodo 2025-2026.
La Constitución peruana establece que, ante la ausencia de vicepresidentes, el presidente del Congreso ocupa el cargo de manera interina. Con ese mecanismo, Jerí pasó a liderar el Ejecutivo en un escenario de tensión política y cuestionamientos internos.