Julián, representante de la comunidad originaria de Pozo de Tigre, en Salta, contó en Puro Contenido Radio cómo viven 200 familias sin acceso a agua potable desde hace años.
“Estuvimos dos semanas cortando la ruta y no vino nadie. Pusieron un cartel que sale como 10 mil pesos. Con esa plata podrían haber hecho un pozo”, se lamentó. La comunidad está situada en la afueras de Tartagal, a pocos kilómetros de la frontera con Bolivia y Paraguay.
“La empresa Aguas del Norte contrató a otra empresa que viene con un camión dos veces por semana, pero cuando llueve no pasa. Tenemos la huerta y vino la gente de INTA a traer semillas, pero no podemos sembrar por falta de agua”, comentó. “Nos dijeron que cortemos envases descartables, creo que son de RoundUp (glifosato) para juntar agua, pero son venenosos”, relató.