El fotoperiodista Guillermo Pardo recuerda el momento en que capturó una de las fotos más emblemáticas de la historia argentina, la que le tomó a Alfredo Astiz en 1993.
En 1993, en plena década menemista, Guillermo Pardo se encontró cara a cara con el represor Alfredo Astiz y lo retrató en una imagen que más tarde se convertiría en símbolo de la impunidad con la que se movían los genocidas en democracia.
Hoy, Pardo reflexiona sobre ese instante, la repercusión de la foto y el compromiso que para que la historia no se repita.
“En 1993 trabajaba como fotógrafo en la noche, cubriendo eventos y personajes. Estaba en el boliche New York City, cuando me presentan a Astiz. Al darle la mano, me di cuenta de quién era. Aunque él no quería fotos, decidí seguirlo y fotografiarlo. La foto se dio en un ascensor, cuando se giró y su reflejo apareció en el espejo. Sabía que estaba capturando algo importante”, cuenta Guillermo Pardo en la entrevista con el programa “En el día a día”, por Radio República AM 770.
Esa foto se publicó en la revista Gente y tuvo una gran repercusión. Guillermo Pardo recuerda que esa fue un punto de inflexión. Tras su publicación, “comencé a recibir amenazas, me seguían autos, era claro que esa imagen había incomodado a muchos. Sin embargo, fue también un catalizador para que la ciudadanía comenzara a actuar, a repudiar a los genocidas que seguían en libertad”.
“El miedo paraliza, pero la imagen puede liberar; nos compromete a no olvidar.”
Al mismo tiempo, un personaje como Astiz motivó en ese momento “un acto de rechazo absoluto. Después de haber vivido la colimba durante la dictadura, desarrollé una aversión profunda hacia las figuras militares que habían sido parte del genocidio. Sacar esa foto fue mi manera de resistir, de mostrar que no podían seguir impunes”.
Guillermo Pardo es reportero gráfico y gestor cultural. Trabajó para las revistas Gente (Atlántida), Semanario, Caras, Noticias (de Editorial Perfil), Pronto y en el diario Tiempo Argentino. También fue docente de Iluminacion y Fotografía en el Centro Cultural San Martín.
Sobre la visita de los diputados de La Libertad Avanza a un grupo de genocidas en la cárcel de Ezeiza, entre los que está Astiz, Pardo afirma que “es preocupante ver cómo intentan volver a instalar esa impunidad. La sociedad de aquel entonces reaccionó con fuerza cuando Macri intentó lo mismo, y espero que hoy también lo haga. Estamos en un momento extremadamente difícil, pero el miedo no puede paralizarnos. Debemos seguir denunciando y actuando”.
La imagen que desnudó la impunidad: la foto de Alfredo Astiz que tomó Guillermo Pardo en 1993.
“En tiempos donde la imagen define la realidad, una fotografía puede significar la diferencia entre la memoria y el olvido”, resume Pardo sobre Alfredo Astiz, uno de los rostros más reconocidos de la dictadura militar argentina, infame por su infiltración en las Madres de Plaza de Mayo y su rol en la desaparición de activistas y monjas francesas. Su rendición en la Islas Georgias, durante la Guerra de Malvinas y sin disparar un solo tiro, dio la vuelta al mundo.