El área destinada a la siembra de soja en Argentina experimentará un notable crecimiento en la campaña 2024/25, alcanzando las 19 millones de hectáreas, un incremento del 9,8% en comparación con el ciclo anterior, según el último informe Pre-Campaña de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA). Esto implica una expansión de 1,7 millones de hectáreas respecto a la campaña pasada.
El crecimiento se atribuye en gran medida a que muchos productores están abandonando la siembra de maíz debido a las pérdidas ocasionadas por la plaga de la chicharrita (Dalbulus maidis), que afectó severamente los cultivos en el norte del país. Sin embargo, este aumento en la superficie sembrada de soja se da en un contexto de precios internacionales en baja. Actualmente, los contratos para la pre-siembra de mayo de 2025 se ubican en torno a los 284 dólares por tonelada, reflejando un descenso del 15% respecto a la campaña anterior.
Factores detrás del crecimiento
A pesar de los precios deprimidos, los productores optan por la soja debido a sus menores requerimientos de inversión en comparación con el maíz, que requiere un desembolso inicial más elevado. Según la BCBA, “muchos productores están tomando la decisión de volcarse a la soja para reducir el impacto de las enfermedades transmitidas por la chicharrita, especialmente en el norte de Argentina”.
A nivel global, las cosechas récord en Estados Unidos y Sudamérica están ejerciendo presión sobre los precios. Se espera que la producción en EE.UU. alcance los 124,8 millones de toneladas, mientras que en Sudamérica, donde Argentina, Paraguay y Brasil son los principales productores, se proyecta un volumen histórico de 231,2 millones de toneladas.
Desafíos para los productores de soja
El escenario no es del todo alentador. A la baja de los precios internacionales se suma el encarecimiento de los insumos, particularmente en fertilizantes y combustibles. Según el informe, “la relación entre el precio de la soja y el combustible ha sufrido un deterioro significativo del 46%”. En términos más simples, se requiere un 46% más de soja para adquirir la misma cantidad de combustible que en campañas anteriores.
Sin embargo, el informe de la consultora Economía y Energía señala que, en términos reales, el precio de los combustibles ha comenzado a abaratarse debido a la inflación, registrando una caída del 20% entre enero y junio de 2024.
Crecimiento con márgenes ajustados
La expansión de la soja en Argentina marca la segunda recuperación consecutiva del área sembrada, aunque en un entorno complicado. Los productores enfrentan márgenes ajustados debido a la caída en los precios internacionales y al encarecimiento de los insumos. Sin embargo, la menor inversión inicial que requiere la oleaginosa en comparación con el maíz ofrece un respiro en un contexto de incertidumbre económica.