El gobierno concreta este lunes un pago de 640 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI), en concepto de vencimiento de deuda. Se trata del primer desembolso de 2025 dentro de un calendario de pagos que totaliza 2.500 millones de dólares para el año.
El pago al organismo internacional de crédito se produce en un contexto de tensión cambiaria, con una fuerte salida de dólares atribuida al turismo en el exterior y a la necesidad de intervención en los mercados financieros para contener la brecha cambiaria. Pese a las significativas compras de divisas realizadas en enero, el drenaje de reservas continúa siendo una preocupación para los analistas y el mercado.
El gobierno argentino mantiene negociaciones con el FMI para un nuevo programa que le permita acceder a financiamiento adicional por 10.000 millones de dólares. La semana pasada, técnicos del organismo visitaron el país para evaluar el plan económico del gobierno, que busca “contener la inflación y sostener el equilibrio fiscal”.
El FMI destacó positivamente el ajuste fiscal implementado por la administración de Javier Milei, que superó las expectativas del organismo. Sin embargo, persisten dudas sobre la sostenibilidad del esquema cambiario, especialmente en lo que refiere al retraso del tipo de cambio y la decisión de permitir que los exportadores liquiden el 20% de sus divisas a través del contado con liquidación.
Caída de reservas y estrategia cambiaria
El BCRA cerró enero con 28.300 millones de dólares en reservas brutas, reflejando una caída de más de 2.000 millones en el mes. Esta disminución responde a pagos de deuda con bonistas, intervenciones en el dólar financiero y el pago de importaciones.
Desde este lunes, la autoridad monetaria reducirá la tasa de devaluación del 2% al 1% mensual, lo que, según estimaciones del mercado, profundizará el retraso cambiario frente a una inflación esperada del 2%.
Un acuerdo en dos etapas
En el mercado se especula con la posibilidad de que el gobierno cierre un acuerdo con el FMI en dos fases, dejando la salida del cepo cambiario y una eventual devaluación para después de las elecciones legislativas de octubre. La administración de Milei busca llegar a esos comicios con la inflación controlada, en un intento por mejorar su desempeño electoral y consolidar su posición en el Congreso.