Se cumplen 110 años del nacimiento Julio Cortázar. Lo recuerda, en un viaje por su obra y sus lugares, Mariana Iglesias, periodista y gestora cultural, quien tiene las claves para encontrar al cronopio en las calles porteñas.
Nacido en Bruselas en 1914 y fallecido en París en 1984, Julio Cortázar es recordado no solo por su prolífica obra, sino también por su profunda conexión con Buenos Aires, la ciudad que, a pesar de los años vividos en el extranjero, siempre llevó consigo.
Mariana Iglesias, periodista y gestora cultural, dice que es un día de mucha actividad y que los aniversarios siempre generan mucho movimiento en los medios: “este es un año tan particular para celebrar a Julio, porque no solamente se cumplen 110 veces su nacimiento, sino también 40 de su muerte”.
Agrega que nota, con alegría, que estos homenajes se replican en otros lugares de nuestro país y “en Francia se hizo un homenaje en el mes de mayo donde también tuve la chance de contar los lugares de Cortázar en París”, en referencia a la ciudad en la cual se radicó Julio Cortázar en 1951 y donde vivió hasta su muerte, el 12 de febrero de 1984.
Entrevista en el programa “En el día a día”, por Radio República AM 770.
El barrio de Agronomía es un rincón especial en la historia de Cortázar. Mariana Iglesias, quien se dedica a recorrer y narrar los lugares donde vivieron grandes escritores en Buenos Aires, cuenta que este barrio porteño fue el hogar del joven Cortázar y su familia. Luego de su llegada a Argentina en 1918, vivieron en Banfield, en el Sur del Gran Buenos Aires, donde comenzó su formación educativa y también sus incipientes pasos literarios. En 1934, llegó la mudanza a la Ciudad a un lugar donde Cortázar volvería siempre a lo largo de su vida.
“En el barrio Rawson, muy cerca de la Facultad de Veterinaria, la familia de Cortázar se instaló cuando Julio tenía 20 años”, relata Iglesias.
Este barrio, con sus calles arboladas y su arquitectura distintiva, fue testigo de la juventud de Cortázar y de su formación como escritor. La casa donde vivió, ubicada en Artigas 3246, se convirtió en un lugar simbólico, al que el escritor siempre volvía en sus visitas a Buenos Aires. “Es un barrio que rompe con el damero tradicional de Buenos Aires, con sus chalets y edificios conocidos como ‘tallarines’. En uno de estos edificios vivió Julio desde 1934”, explica Iglesias.
“Agronomía es un barrio que rompe con el damero con esa forma de tablero de ajedrez que tienen las calles de Buenos Aires que cada cuatro calles hay una avenida”.
El legado cultural y las calles porteñas en la obra de Cortázar
La casa de Agronomía, que alguna vez albergó a la familia Cortázar, fue adquirida en 1977 por una joven pareja que, sin saberlo al principio, se mudó al hogar de uno de los más grandes escritores argentinos. Se trata de la socióloga, docente universitaria e investigadora Nelly Schmalko. Hoy, esta casa es un punto de encuentro para los amantes de la literatura, donde se realizan eventos y charlas dedicadas a la vida y obra de Cortázar. “Nelly, la actual propietaria, decidió abrir la casa al público, recreando la habitación de Julio y organizando actividades culturales”, comenta Iglesias.
“Cada una de las veces que viene a Buenos Aires, Cortázar va a visitar ese barrio Rawson. Hay un poema, que después se convierte en tango, que se llama “Veredas de Buenos Aires” que pinta el barrio y es muy lindo porque habla de las rayuelas, del almacén de la esquina, que hoy se convirtió en el bar Rayuela, así que el barrio es como un viaje de época”, describe y deja la foto en el aire del recuerdo que cobra vida cada día.
Pese a que Cortázar escribió gran parte de su obra en el extranjero, el lector “camina” por esas calles de Buenos Aires y así lo describe Mariana Iglesias. “Todos los primeros textos, los de ‘Bestiario’, los textos de ‘Final de juego’, mucho de su poesía y de los textos raros, como les llamamos los lectores de Cortázar a algunos pasajes de ‘La vuelta al día en mundo en 80 mundos’ o ‘Último round’, son apostillas de Buenos Aires”.
Para celebrarlo, dice Iglesias, “si me meto a caminar por las calles del barrio Rawson, les recomiendo que tengan a mano el texto ‘Ómnibus’, que es un cuento que además sale originalmente publicado en el diario La Nación”.
Ahí sale publicado ese cuento que nos relata esa “cosa maravillosa del barrio, entre gatos, las casas, los árboles, la iglesia San Juan María Vianney y la historia de una chica que trabaja como empleada doméstica en una de esas casas y que deja ese barrio Rawson para tomar un colectivo, irse al centro de Buenos Aires, pasa por Chacarita y nos empieza a contar una Buenos Aires de los años 50, del peronismo, una Buenos Aires que realmente en los textos de Cortázar hacen anclaje histórico”, detalla Iglesias.
La placa que muestra el lugar donde vivió Cortázar con su familia. Está ubicada en la calle Artigas 3246.
“Ómnibus es un relato de época, que me gusta mucho, y que siempre recomiendo para hacer un viaje no solo en espacio, sino también en el tiempo”.
Una agenda cargada de homenajes
Este año, marcado por el 110º aniversario del nacimiento y el 40º de la muerte de Cortázar, está lleno de actividades en su honor. En Buenos Aires, uno de los eventos destacados es un recorrido literario por los lugares que marcaron la vida y obra de Cortázar en la ciudad. “El 15 de septiembre a las 12:30, saldremos desde el Teatro Colón para recorrer la Buenos Aires de Cortázar, terminando en la confitería London City, donde se inicia su novela ‘Los premios'”, invita Iglesias.
Además, en octubre, se llevará a cabo un ciclo de cuatro encuentros en el Centro Cultural Ricardo Rojas, que explorará la relación entre París y Buenos Aires en la vida del escritor.
En @coolturarte se puede seguir todas las actividades de homenaje a Cortázar y los recorridos sobre su obra.
Cortázar, un viaje en el tiempo
Caminar por Agronomía, recorrer las calles que Cortázar describió en sus cuentos, es un verdadero viaje en el tiempo. Su obra, llena de referencias a la vida cotidiana de Buenos Aires, sigue siendo una puerta de entrada a la historia y la cultura de la ciudad. Como dice Iglesias, “leer a Cortázar es caminar por Buenos Aires”, una ciudad que, aunque cambiante, siempre conservará algo del espíritu del escritor.
Este aniversario es una oportunidad para redescubrir a Julio Cortázar, un autor que, a través de su literatura, nos invita a recorrer no solo las calles de Buenos Aires, sino también los laberintos de la imaginación.
Según cuenta Daniel Gigena en La Nación, se van a subastar en Montevideo una serie de cuentos y poemas inéditos la juventud de Cortázar. Una verdadera tentación para los coleccionistas, según detalla el librero anticuario e investigador en literatura, historia y bibliografía argentina Lucio Aquilanti.