Entrevista en Puro Contenido Radio a Silvia Saravia, Coordinadora Territorial de Libres del Sur. El análisis luego de la asunción de Victoria Tolosa Paz en el ministerio de Desarrollo Social y los pedidos de reuniones.
Uno de los recientes cambios en el gabinete del gobierno de Alberto Fernández es el que se efectuó en el área de desarrollo social donde asumió Victoria Tolosa Paz en lugar de Juan Zabaleta.
Los movimientos sociales ya tienen alguna mirada al respecto de las primeras declaraciones y fundamentalmente de las primeras definiciones políticas.
Silvia Saravia, coordinadora territorial de Libres del Sur, explicó un Puro Contenido Radio que a priori tenía una visión acerca de que la gestión de Tolosa Paz iba a tener límites en función de las “decisiones económicas del Gobierno”.
La dirigente señaló que si no se frena la inflación, que si lo prioritario es juntar dobles para pagarle el Fondo Monetario Internacional, eso “condiciona a cualquier funcionario que esté en un área tan delicada”.
En ese sentido, ejemplificó con los datos del Indec, que muestran cómo aumentó la indigencia en los últimos 6 meses.
“Nuestra primera expectativa no era muy alentadora”
Saravia contó que tras la primera reunión se encontraron con que las cosas son peor de lo que pensaban, porque ni siquiera “Tolosa Paz está dispuesta a dar continuidad a los acuerdos qué se habían llevado a cabo Zavaleta después de varios conflictos”.
Recordó que hace 15 días estuvieron tres días acampando la 9 de Julio y “la verdad es que ni siquiera lo que ella está diciendo públicamente respecto a que va a dar continuidad a lo que venía haciendo Zavaleta se ve que se vaya a plasmar”.
Desde Unidad Piquetera plantearon que hay un paso atrás con el cambio de gestión y Saravia así lo gráfico: “nosotros venimos discutiendo con esos varias cuestiones. Algunas que tienen que ver con lo estructural, por ejemplo nuestra idea para generar un millón de puestos de trabajo, sobre lo cual no se avanzó”.
Además, le reiteraron a Tolosa Paz la necesidad de avanzar en la apertura del Potenciar Trabajo, reclamo al que el Gobierno ha dicho en varias oportunidades no quiere acceder.
Saravia agregó que hay otras cuestiones vinculadas a la asistencia, en las cuales el gobierno si había dicho que llevan a reforzar: acercar las herramientas a los espacios de trabajo y reforzar la cuestión alimentaria en comedores y merenderos. Sobre este punto aclaró que el Gobierno supervisa estos espacios.
“Todos el año vinieron viendo cosas que no se cumplieron”
Consultada sobre si estas indefiniciones en la ejecución presupuestaria y la perspectiva de un Presupuesto 2023 que está alineado con las metas del FMI configuran un marco de ajuste, Saravia respondió que “hay falta de decisión política y no es por problemas de gestión: nuestro punto de vista es que sí ese ahorro se hace en base a castigar a los sectores más necesitados de la sociedad, en un marco donde aumenta la indigencia y en parte es porque el Estado no pone en práctica herramientas que existen”.
El sentido común
Los movimientos sociales se tienen que enfrentar a las políticas que denominan de ajuste, pero también a una idea instalada que los caracteriza como que no hacen nada, no quieren trabajar y cortan las calles. Una mirada que, de algún modo, el gobierno también deja correr.
Saravia sostuvo que la dirigencia política ha alimentado ese sentido común: “lo podemos esperar al sectores del macrismo, de Patricia Bullrich, pero la verdad es que últimamente desde Cristina hasta el mismo Zabaleta en su momento, que hablaba de extorsión, y ahora Tolosa Paz, que plantea que la gente está en un plan porque no quiere trabajar”.
Son declaraciones, analizo Saravia, que ponen el foco “en los pobres, en el que no consigue laburo, cuando en realidad el problema son ellos”.
“No se encargó de que ellos gobiernan. Los planes sociales no los creamos las organizaciones, sino los gobiernos que han fracasado en generar puesto de trabajo genuinos”, dijo la dirigenta de Libres del Sur.
Eso, amplió Saravia, y lo que va hacer que bajen los planes sociales. Recordó que hay una muestra clara, entre los años 2003 y 2006, cuándo Néstor Kirchner agarró una gestión con dos millones de planes sociales, el Jefes y Jefas de Hogar. Tres años después habían bajado 400 mil como mucho.
“Lo que ocurrió es que la gente recuperó el trabajo. Nadie se queda con un plan social”, afirmó y agregó que lo que está sucediendo tiene que ver con qué los ingresos está muy bajos en Argentina.
“El problema es que como los ingresos bajaron tanto termina compitiendo el trabajo con el plan social”, aseguró Saravia.
Hay que recordar que el plan social representa medio salario mínimo vital y móvil y si eso compite con el trabajo registrado “evidentemente hay un problema en los ingresos. O al menos que quieran que todo el mundo trabaje como esclavo o por dos pesos”.