La provincia de Buenos Aires vivió una elección que, aunque técnicamente local, se transformó en un plebiscito nacional. Lo analiza Manuel Zunino, de Proyección Consultores.
La diferencia de casi 14 puntos entre Fuerza Patria y La Libertad Avanza no solo reflejó preferencias partidarias, sino también un mensaje contundente de la sociedad sobre el ajuste económico y la gestión del gobierno de Javier Milei.
Para analizar este escenario, el sociólogo Manuel Zunino, director de Proyección Consultores, compartió su pensamiento en una charla con Solana López y Pablo Mercau, en Informe de Pájaros, por Radio con Aguante.
La “trampa” de nacionalizar una elección local
Zunino señaló que el presidente Milei nacionalizó la elección provincial, convirtiéndola en un referéndum sobre su gestión. “Fue una decisión arriesgada en un territorio adverso, donde observábamos los mayores índices de caída de su imagen”, explicó.
La estrategia, impulsada por el triunfo previo en la Ciudad de Buenos Aires, subestimó la volatilidad del electorado y la falta de estructura partidaria en la provincia.
“El gobierno perdió todas las agendas: la mediática, la digital, la ciudadana. En los últimos 20 días, perdió la opinión pública”, afirmó.
El analista destacó que, más allá de los resultados, la elección expuso tres debilidades clave del oficialismo:
- Falta de candidatos reconocidos: Excepto figuras como Diego Valenzuela y Guillermo Montenegro, el resto de los postulantes de La Libertad Avanza tenían un 80% de desconocimiento.
- Estrategia territorial fallida: Se esperaba un mejor desempeño en zonas del interior (como la 4ª y 6ª sección electoral), pero el mapa provincial quedó dominado por el color de la oposición.
- Narrativa inconsistente: El gobierno no logró construir un relato que justificara el ajuste económico, generando incertidumbre en familias que “no llegan a fin de mes”.
Kicillof y la audacia política en Buenos Aires
Para Zunino, la elección también fue un plebiscito sobre Axel Kicillof. El gobernador, cuestionado internamente por su “falta de oficio político”, tomó una decisión audaz: asumir la candidatura como propia y capitalizar el descontento social. “Ganó cuatro de las últimas cinco elecciones en la provincia, incluyendo el balotaje de 2023. Eso no es casualidad”, subrayó.
“Kicillof le ganó a María Eugenia Vidal cuando parecía invencible, y al kirchnerismo cuando también lo parecía. Hay que reconocerle ese mérito”.
Manuel Zunino
El sociólogo advirtió que el resultado no solo refleja un voto económico (contra el ajuste), sino también una racionalidad ciudadana que contrasta con la desconexión de algunos dirigentes. “La sociedad no está dormida; está esperando su momento”, afirmó.
¿Qué esperar de cara a octubre? Claves para leer el escenario
Zunino identifica tres ejes críticos para los próximos meses:
a) El orden interno del gobierno
Coordinación ausente: Durante la campaña, el oficialismo perdió el control de la agenda mediática y digital. “Ver si logran ordenarse será clave”, advierte.
Economía vs. microeconomía: Aunque la macroeconomía suele dominar el debate, el voto del 26 de octubre reflejó urgencias cotidianas: el 10% que votó en blanco, el 10% que no fue a votar, y el 7% que optó por fuerzas kirchneristas minoritarias son señales de un malestar difuso.
b) El “peronismo” y la autoestima recuperada
Zunino usa una metáfora futbolera para describir el nuevo clima político:
“El gobierno imaginaba jugar en el Camp Nou, con la pelota rodando. Pero terminará jugando en el Carlos V de Flandria, con bata de paste y un peronismo que ahora sale a rafar”.
El peronismo, según el analista, recuperó autoestima y entendió que el fenómeno Milei no es invencible. “Los dirigentes se dieron cuenta de que la sociedad no perdona ajustes sin horizonte”, explicó.
c) Las alianzas y el efecto contagio
Provincias en movimiento: El triunfo en Buenos Aires podría motivar a otras provincias a replicar estrategias de unidad opositora.
Tensiones internas: Zunino sugiere observar cómo reaccionan los sectores del oficialismo que quedaron “afuera” del esquema de alianzas, así como el rol de los gobernadores que hoy reclaman mayor protagonismo.
Después de Buenos Aires, la tarea pendiente
Para Zunino, el desafío ahora es profundizar el análisis: leer “la letra chica” de los resultados: ¿Quiénes son los votantes que optaron por opciones minoritarias o el voto en blanco?
También destacó la necesidad de entender el territorio: “la provincia de Buenos Aires no es homogénea, y el interior mostró matices que el oficialismo no supo aprovechar”.
En torno a cómo proyectar el clima político reflexionó que “hay que ver cómo repercute esto en el resto del país, donde el peronismo tenía una autoestima muy baja” y concluyó con la afirmación sobre que “la dirigencia tiene que reaccionar. La sociedad ya dio su mensaje”.
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