Entrevista con Liliana Panighetto, presidenta de la Cámara Argentina de la Industria del Letrero y Afines (CAIL). Desde la entidad explicaron que se debe tener en cuenta en la actividad, en cuanto a medidas de seguridad y también el marco regulatorio para el sector.
Estos días de tormentas en gran parte del país dejaron también una pregunta necesaria: ¿cómo saber si un cartel resistirá lluvias vientos y condiciones climáticas adversas?
En ese sentido, Liliana Panighetto, explicó en Radio República AM 770, cuáles son los recaudos a tener en cuenta, qué materiales, las formas de fabricar e instalar la cartelería publicitaria.
Al mismo tiempo, detalló todo lo referente a los responsables, los sellos de calidad y los controles.
CAIL es una cámara argentina que opera hace 40 años en el mercado y Panighetto cuenta que existen normativas, tanto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como en el resto de los distritos, que regulan la actividad. “
“Sabemos que ante la naturaleza el viento y el agua, son un problema muy importante. En diciembre, tuvimos una tormenta muy grande, donde se volaron techos y cayeron paredes”, recuerda. En ese sentido, señala que “si uno tiene la responsabilidad y los recaudos y los cálculos necesarios va implementando las medidas de seguridad”.
Describe cómo la marca, quién construyó y colocó son parte de esa cadena y también el distrito que autorizó y aprobó esa colocación. Se refiere a los carteles de punto de venta o las columnas, ya sean de clientes de marcas, como de un negocio particular: tienen que ser habilitados.
“No de los mismo fabricar un cartel en Buenos Aires, en la Ciudad, donde quizás tengas muchos edificios. Tenemos que fijarnos qué estructura vamos a utilizar, con qué espesor; el tipo de pintura, por la corrosividad”, explica y hace la distinción con zonas costeras, donde se utilizan antióxidos o chapas galvanizadas en lugar de chapas negras.
“Hay un montón de materiales que hacen que tenga una mayor durabilidad. Además, si ponemos una columna, se tiene que ver el espesor y el diámetro, para ser proporcional al cartel”.
El marco regulatorio
Panighetto relata que la Cámara está trabajando en la matrícula y en los temas de energía. “Los letreros hoy no tienen matrícula y lo que hicimos fue adelantarnos: en diciembre lanzamos un sello de empresa calificada”, dice.
Mediante ese mecanismo se les pide a las empresas, tanto que sean socios de CAIL como a los que no lo sean, algunos requisitos para darle ese sello”. Consiste en un link que el cliente obtiene. Desde ese link se llega a una página de la Cámara que certifica que está calificada por seis meses, plazo hay que renovar ese certificado.
Por ahora, ese mecanismo no ha llegado a los distritos y es la propia CAIL la encargada de ese control.
“El paso a seguir es la matrícula y tenemos que enlazarla con los gobiernos de cada distrito”, proyecta la referente del sector, visibilizando el reclamo de regulación y control. La referencia es a los puntos centrales a controlar en un cartel: que esté todavía bien sujeto, que no esté saliéndose alguna placa, si hay letras corpóreas y el tema de la iluminación.
El tema pasa por la responsabilidad solidaria y en eso está el desafío, plantea Liliana Panighetto, de avanzar en ese tema que dice tiene que ver también con la “responsabilidad social empresarial”.
Cámara Argentina de la Industria del Letrero y Afines (CAIL)
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