En un discurso marcado por una mezcla de optimismo y reconocimiento de los desafíos, Milei confirmó que el ajuste fiscal total aplicado desde el inicio de su gestión equivale a los 10 puntos del PBI, lo que lo convierte en un ajuste récord a nivel mundial. Insistió en que esta era la única manera de evitar una crisis económica más profunda.
El Presidente describió su política como una combinación de “motosierra” y “licuadora”, enfatizando que el ajuste recaía en la población en general y no en una élite privilegiada. Enumeró medidas como la reducción de empleados públicos, la cancelación de contratos y la disminución de gastos en obras públicas y transferencias a provincias.
A pesar de las críticas y los desafíos económicos, Milei sostuvo que las expectativas sobre los resultados de su gobierno son positivas, citando cifras de una encuesta privada que sugieren un aumento en la confianza pública en su administración. También afirmó que la inflación se está desacelerando y que Argentina podría alcanzar a países europeos como Alemania en términos económicos en las próximas décadas.
En cuanto al cepo cambiario, Milei descartó su liberación en el corto plazo y afirmó que solo sucedería cuando el Banco Central esté saneado.
Respecto al aumento de las jubilaciones, no adelantó cuál sería la fórmula que el gobierno analiza, pero destacó que cualquier reforma previsional debe respetar el déficit cero.
Finalmente, Milei adelantó que negociará con los gobernadores para persuadirlos de firmar el Pacto de Mayo, insistiendo en que cualquier discusión sobre política fiscal debe centrarse en mantener el déficit cero. Desafió a los gobernadores a realizar un ajuste fiscal proporcional al que él está llevando a cabo a nivel nacional.