Preocupa la bajante del río Paraná y se espera una situación complicada

[18 de junio de 2021] Carlos Ramonell es geólogo, docente e investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Explica las razones de este fenómeno, sus impactos y posibles consecuencias.

Bajante histórica

A un año de la bajante más importante que ocurrió en nuestro gran río en los últimos 50 años, se acentuarán los impactos geomorfológicos en el paisaje. Cegamiento completo de cauces y avance del delta del Arroyo Leyes sobre la Laguna Setúbal serán los más significativos a nivel local.

“Es alta la probabilidad de un agravamiento de la bajante en el río Paraná. Con la tendencia prevista, todo el tramo del río Paraná en territorio argentino alcanzaría niveles de similar orden a los registrados en el año más bajo de la historia registrada: 1944. No se espera una mejora sensible en los próximos meses. El mes de julio será especialmente crítico, con afectación a todos los usos del recurso hídrico, especialmente la captación de agua fluvial para consumo humano”. La cita corresponde a un contundente informe que el Instituto Nacional del Agua (INA) emitió el 15 de junio. En este sentido, para el 22 de junio, en los puertos de Santa Fe y de Rosario, se espera un nivel mínimo del río Paraná de 0,40 y 0,15 m, respectivamente, en tanto que el 29 de junio, los mismos disminuirían a 0,25 y 0,00 m.

Si bien esta bajante del río Paraná fue considerada extraordinaria en 2020, Ramonell considera que es el resultado de una tendencia que comenzó a manifestarse muy incipientemente en 2018. “En 2018 tuvimos condiciones de aguas bajas por un tiempo, pero poco significativas. En 2019, estas condiciones fueron más prolongadas; en 2020 se acentuaron y este año se espera que se vuelvan más severas”.

Antecedentes

Cuidado del ambiente

Estos impactos geomorfológicos, acelerados por las condiciones de bajante, obligan a repensar el ordenamiento territorial, no solamente desde el punto de vista paisajístico. Hay otras cuestiones a atender, relacionadas con los múltiples usos que la sociedad hace de estos ambientes naturales.

“Normalmente una laguna funciona como un pulmón hidrológico que permite almacenar agua. En cambio, en un cauce, la capacidad de conducción es mucho más rápida y genera procesos erosivos más severos, lo cual obliga a pensar en sistemas de defensa diferentes”, señaló Ramonell como ejemplo ante la transformación de la laguna en un ambiente de cauces fluviales.

Asimismo, el avance del delta del Leyes representa un aumento de la planicie aluvial del río, formando islas que suelen ocuparse para uso ganadero. Al respecto, el investigador advirtió: “estamos cerca de las prácticas de quema, que empiezan a realizarse entre julio y agosto. Creo que aquellas quemas indiscriminadas del año pasado volverán a ocurrir este año si no se toman las medidas preventivas adecuadas”.

En este sentido, Ramonell agregó: “desde el año pasado, la bajante nos empezó a dar una nueva  oportunidad de cambiar la forma que tenemos, como sociedad, de relacionarnos con el río. Un año después, quizás muy  influidos por la pandemia, es evidente que aún no hemos logrado este cambio”.

Peligro de transitar

Para concluir, Ramonell reiteró las advertencias realizadas en varias oportunidades durante 2020 acerca del peligro de transitar a pie o en vehículo el lecho de la laguna Setúbal. En este sentido, recordó que “el suelo no es homogéneo, sino que presenta zonas con sedimentos antiguos y resistentes y otras con fangos muy blandos de depositación reciente. De este modo, puede ocurrir que se esté transitando cómodamente en terreno firme y de repente caer en pozos de dragado, como los cercanos a la costanera oeste. Estas zanjas suelen tener en sus fondos una cantidad importante de fangos muy blandos que se han ido depositando durante esta bajante; están próximas al contacto entre el lecho emergido y el agua lagunar, que en algunas partes tiene profundidades de 5 m y taludes muy empinados, lo cual hace que los hundimientos sean bruscos y no graduales. Por lo tanto, es arriesgado caminar sobre la laguna, así como transitar con autos, sobre todo en los próximos días, donde se espera que los niveles hidrométricos comiencen a ascender algunos decímetros”.

(Nota realizada con información de la Universidad Nacional del Litoral)

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