En una entrevista exclusiva, Marcelo Saín, politólogo y exministro de Seguridad de Santa Fe, ofreció una visión cruda y profunda sobre las problemáticas estructurales en la provincia, con especial énfasis en la violencia en Rosario y sus vínculos con el narcotráfico, la política y la justicia.
“Rosario era el mercado más violento de la República Argentina, pero también era una excepción dentro de la provincia de Santa Fe, porque el mercado de drogas en la ciudad de Santa Fe o en Rafaela es prolífico, pero, sin embargo, la policía lo controla”, sostuvo Marcelo Saín.
El exministro de Seguridad de Santa Fe habló en el programa “En el día a día”, por Radio República AM 770 y agregó que “esa escalada de violencia que signó históricamente al mercado de Rosario no deja de ocultar que la rentabilidad del negocio del narcotráfico es enorme”.
¿Qué relación mantenés hoy con la provincia de Santa Fe?
MS: Absolutamente nada, más allá de algunos pocos amigos que me quedaron de mi paso por allí. La experiencia me dejó un gran sinsabor y un profundo arrepentimiento de haberme involucrado en ese berenjenal político-institucional que considero inviable. Santa Fe, en el mediano o largo plazo, está destinada al colapso si no se hacen cambios estructurales profundos.
¿Qué problemas identificás como los más críticos?
MS: Santa Fe tiene un sistema político que tapa todo lo que ocurre bajo la alfombra. Cualquiera que se atreva a levantar la voz o a investigar termina siendo eliminado del sistema de manera impúdica. Esto no es nuevo. En los últimos años, muchos fiscales, jueces y dirigentes que intentaron investigar estas estructuras de poder fueron apartados o silenciados.
¿A qué estructuras te referís específicamente?
MS: En la provincia hay una camarilla mafiosa que se formó durante los gobiernos socialistas, en alianza con sectores del peronismo. Se repartieron todo: el gobierno, la obra pública, los medios, la policía y la justicia. En Rosario, por ejemplo, la connivencia entre la policía y los narcotraficantes fue tolerada y negociada por los gobiernos de turno.
¿Cómo se gestiona el narcotráfico en Rosario y qué lo diferencia de otros lugares del país?
MS: Rosario tiene el mercado de drogas más violento de Argentina. Sin embargo, no es diferente de otros grandes centros urbanos como el Gran Buenos Aires o la Ciudad de Buenos Aires. Lo que pasa en Rosario es que la violencia está más expuesta. La rentabilidad del narcotráfico es enorme, pero ese dinero no queda en los barrios populares donde se vende la droga. Esos barrios siguen siendo miserables. El dinero termina en financieras y bancos locales, que tienen conexiones con el mundo empresarial y político.
¿Qué rol juega el sistema financiero en este esquema?
MS: Es clave. Cuando se investigó el circuito del dinero del narcotráfico en Rosario, se llegó a grandes financieras y empresas. Por ejemplo, hubo casos de funcionarios públicos vinculados al lavado de dinero, incluso dentro del sistema portuario. Todo esto es parte de un esquema que el sistema político santafesino busca ocultar, por eso necesitan controlar el Ministerio Público de la Acusación.
¿Cómo ves la intervención del gobierno nacional en este tema?
MS: El gobierno nacional intenta que Rosario no “explote” porque eso tendría un impacto político enorme. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha hecho un esfuerzo por contener la violencia, pero el problema de fondo sigue sin resolverse. Rosario es un reflejo del fracaso de las políticas de lucha contra el narcotráfico.
Finalmente, ¿hay alguna solución en el horizonte?
MS: Es difícil. Lo que se necesita es desarticular las conexiones entre el narcotráfico, la política y el sistema financiero. También se requiere una policía que no gestione el crimen, sino que lo combata de manera genuina. Sin embargo, mientras el sistema político esté estructurado para proteger estos intereses, el cambio será muy difícil.