[28 de octubre de 2021] Se presentó en el Congreso de la Nación el proyecto de Ley de Envases con Inclusión Social, una iniciativa del Poder Ejecutivo. En Puro Contenido Radio habló Sergio Federovisky, viceministro de Ambiente de la Nación, que señaló “lo central de esta ley es aplicar el criterio de la responsabilidad extendida del productor, que es el utilizado por los países con mayor conciencia ambiental”.
El funcionario comenzó diciendo que “para mí es un día verdaderamente trascendente” porque, aseguró, “después de mucho tiempo, de mucha necesidad recurrente, de mucha insistencia, Argentina puede contar con una ley de envase, con una normativa moderna en materia de tratamiento y reciclaje de residuos”.
Ahora, dijo Federovisky, “tenemos un proyecto de ley de envases, elaborado por el ministerio de Ambiente, con la participación de ministerio de la Producción y con la firma del Presidente de la Nación; es decir, convertido en un proyecto del Poder Ejecutivo y enviado al Congreso de la Nación”.
Además agregó que “esto es una demostración cabal de lo que significa tener al ambiente como política pública y este Gobierno está dando una demostración contundente en ese sentido”.
¿La idea es empezar a tratar las cuestiones ambientales del comienzo de la cadena?
Es que no puede ser de otra manera de lo contrario, lo que hacemos es seguir acumulando basura, un montón de plástico que termina siendo relleno sanitarios en el mejor de los casos o basurales a cielo abierto”.
“Paradójicamente, al mismo tiempo hay una fuerte demanda insatisfecha de la misma industria del reciclado que necesita PET usado, basura plástica y la importa de otros países”, ejemplificó Federovisky, biólogo de formación y divulgador de estos temas desde hace muchos años.
Argentina tiene una demanda insatisfecha muy alta qué hace que estemos en niveles récord en importación de residuos para ser utilizados como insumos industriales.
“Cuando hablo de conciencia ambiental no hablo solamente de los europeos o de los países nórdicos, son también países como Chile, Paraguay, Perú y Uruguay, que entienden que la manera es hacer responsable a aquel que pone un producto en el mercado, de ese mismo producto cuando se convierte en residuo”.
Para dar una respuesta a esta problemática, el proyecto propone la implementación de una tasa ambiental para las empresas y productores que coloquen envases en el mercado, premiando a los que se hagan con materiales reciclables y sean fáciles de reciclar, basándose en el principio de Responsabilidad Extendida al Productor (REP), la cual es entendida como el deber de cada uno de los productores de tomar responsabilidad objetiva por la gestión ambiental y su financiamiento respecto de los envases introducidos por ellos en el mercado nacional y los envases post consumo.
“Va a haber un Consejo Consultivo que fijará la aplicación y el valor de esa tasa”
Lo recaudado se utilizará para implementar Sistemas de Reciclado con Inclusión Social, que permitan recuperar los envases para que vuelvan a la industria y dignifiquen el trabajo de los cartoneros y las cartoneras de todo el país.
Federovisky cuenta que “como el productor es responsable de ese producto cuando se convierte en residuo, tiene dos opciones en esta ley. Una, es presentar su propio sistema de gestión de sus envases, cosa que seguramente muchas ya lo están haciendo sin necesidad de este marco normativo, y eso aplica a muchas empresas, fundamentalmente internacionales, que tienen esas exigencias por parte de su casas matrices”.
Entonces, dice “es muy probable que las grandes embotelladoras, los fabricantes de cerveza, apliquen este criterio y utilicen su posibilidad de ser ellos quienes se hagan cargo de todo el ciclo de vida de los envases que ponen en el mercado”.
Para quienes no hagan esto, completa el funcionario “hay una tasa que se va a fijar en un máximo del 3% del precio mayorista del envase. Y esa tasa va a ser llevada un fideicomiso en la banca pública, que va a administrar el ministerio de Ambiente para, exclusivamente, financiar los sistemas de gestión que propongan los municipios territorialmente”.
“Personalmente, y ahora hablo por mí, estoy un poco cansado qué proyectos o incluso de leyes que lo único que hacen es fomentar un determinado tipo de comportamiento, sin dar las herramientas para eso. Leyes que instan a reciclar, que instan a recuperar tales o cuáles corrientes de residuos. Acá no se trata de instar, se trata de revertir una tendencia que ha permitido que la Argentina tenga 5000 basurales a cielo abierto, lleno de basura plástica y al mismo tiempo está importando basura para ser utilizada como un insumo industrial”, enfatizó el viceministro de Ambiente.
Luego explicó que “la reversión de esta tendencia se hace a través de una política pública de escala. Para tener escala, hay que tenger fondos y para tener fondos hjay que aplicar esta tasa, para que se pueda financiar todo aquello que hoy los municipios claramente están incapacitados de financiar por cuestiones que todos conocemos”.
“Si no, no se explica porqué la mayor parte los municipios `trata` su basura tirándola en pozos y prendiéndola fuego”.
Esto no ocurre porque todos los intendentes carecen de sensibilidad ecológica, sino sostuvo “porque no existen los instrumentos de herramientas adecuadas para que los municipios llevan a cabo esta tarea”. Además, agregó que sin “estas exigencias nunca vamos a tener ningún tipo de sustentabilidad”
¿Imaginás que en torno a este proyecto puedan haber presiones como ocurrió con el etiquetado de alimentos?
La verdad es que espero que no, porque sería deseable que el discurso que de boca para afuera tiene la industria en la Argentina, en el sentido de la necesidad de convertirse en una industria sustentable sea acompañado por los hechos.
Ayer, con el ministro Juan Cabandié, almorzamos con la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA), y ellos refrendaron su apoyo a esta iniciativa, más allá que la van a evaluar y por supuesto tendrá su opinión. Pero entendieron que si no adoptamos una política universal y nos dejamos de ofrecer planes piloto u opciones de escaparle a estas exigencias, nunca vamos a tener ningún tipo sustentabilidad, ni vamos a tener la posibilidad de salir de una lógica tratamiento de residuos que es más propia del Siglo 18 que del Siglo 21 y lo que es peor, porque buena parte de los integrantes del sector industrial están afiliados a la UIA, después demandan importación de residuos ante la ausencia de oferta en el mercado local de esos plásticos reciclables.
A mí me interesaría mucho que la industria acompañe esto, más allá que pueda tener una tendencia a evitar incrementar sus costos ,una cuestión que es entendible. Pero también es entendible que estos costos el productor los externaliza en contaminación, en deterioro ambiental, en falta de dignificación del trabajo de los cartoneros y demás recuperadores urbanos, por lo tanto no es que no lo está pagando nadie.
En otro orden de cosas, pero vinculado este tema; se viene la Cumbre del Cambio Climático, la COP26. ¿Cómo se suele repetir, ya no tenemos más tiempo?
Claramente no tenemos más tiempo y por dos motivos; porque no hay tiempo material y porque además no hay tiempo ético. No podemos seguir haciendo lo que hacíamos hace 60 años .
Por último, Federovisky señaló que no tiene dudas que este gobierno “instaló como política de estado la cuestión ambiental, con tensiones e idas y vueltas como es lógico. Pero la realidad es que pocos gobiernos han puesto esta temática sobre la mesa cómo lo ha hecho el gobierno de Alberto Fernández“.