Universidades, un conflicto que no se apaga

El debate sobre el financiamiento de las universidades públicas en Argentina está más vivo que nunca. Tras un año y medio de movilizaciones, recortes y tensiones, el posible veto presidencial a la ley de financiamiento universitario, y su posterior tratamiento en el Congreso, vuelve a encender las alarmas. Entrevista a Jonás García Leri, estudiante de Sociología en la Universidad Nacional de La Plata y militante del Movimiento Universitario de Izquierda (MUI).

¿Logrará el gobierno de Javier Milei consolidar su estrategia de “desangramiento” de la educación pública? ¿O la presión social y estudiantil obligará a los legisladores a reafirmar el compromiso con la universidad gratuita y de calidad?

Para entender el clima político actual, Jonás García Leri, estudiante de Sociología en la Universidad Nacional de La Plata y militante del Movimiento Universitario de Izquierda (MUI), participó del nuevo capítulo de Informe de Pájaros, en Radio con Aguante, en diálogo con Solana López y Pablo Mercau.

Su voz, desde el corazón del conflicto, refleja no solo la urgencia de la situación, sino también la memoria histórica de una universidad que lleva la marca de ser bastión de lucha y transformación social.

Del recorte al “desangramiento”: una estrategia que duele

Jonás García Leri no duda en calificar la política oficial como un “desangramiento” de la universidad pública. Ya no se trata de recortes masivos y visibles, como el año pasado, cuando universidades no podían pagar la luz o los salarios, sino de un goteo constante que debilita la estructura educativa desde adentro: salarios docentes y no docentes por el suelo, becas Progresar congeladas en $35.000 (una cifra irrisoria para cubrir transporte, comida o materiales), y un presupuesto que, según el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), es el más bajo desde la dictadura militar.

Entrevista a Jonás García Leri en Informe de Pájaros, por Radio con Aguante (parte 1).

“Atacan a los más vulnerables: los trabajadores y los estudiantes. Ir a la universidad ‘gratuita’ no es gratis: hay que pagar transporte, comida, apuntes. Las becas no alcanzan ni para una compra en el supermercado”, denuncia.

El impacto es tangible: aulas cada vez más vacías, estudiantes que agrupan sus cursadas en un solo día para ahorrar viajes, o que directamente dejan los estudios para tomar changas precarias. “Vemos compañeros que no comen en todo el día para poder pagar el alquiler”, cuenta. La deserción no es un dato frío: es el rostro de una generación a la que se le cierran las puertas.

¿Por qué la movilización importa?

El año pasado, dos marchas federales masivas —con una convocatoria histórica— lograron frenar los peores embates del gobierno. Pero hoy, el escenario es distinto. Las conducciones universitarias y gremiales enfriaron la protesta, y el Congreso, aunque con una composición similar, enfrenta presiones cruzadas. “El gobierno aprendió: ya no dice que la universidad está llena de ‘ñoquis’. Ahora ataca con discursos más solapados”, analiza Jonás.

Sin embargo, la calle sigue siendo un actor clave. La pregunta es: ¿cómo recuperar la masividad de 2023? Para Jonás, la respuesta no es solo convocar a otra marcha gigante, sino radicalizar las acciones:

  • Paros con sentido político: No solo suspender clases, sino llenar las calles de debates, asambleas e intervenciones que expliquen quién es responsable (el gobierno, no los docentes).
  • Articular con otras luchas: La defensa de la universidad no es solo un reclamo sectorial. “Impacta en el mercado interno: comercios, alquileres, transporte. Es una cuestión de país”, subraya.
  • Presionar a los legisladores: Que los diputados y senadores sientan el peso de la sociedad al votar. “Que los traidores al mandato popular tengan consecuencias”, advierte.

Entrevista a Jonás García Leri en Informe de Pájaros, por Radio con Aguante (parte 2).

El desafío de las conducciones y la juventud

El dirigente universitario critica la falta de iniciativa de las federaciones estudiantiles y los gremios, pero también asume un desafío generacional: recuperar la confianza de los jóvenes. Muchos, decepcionados con el gobierno de Alberto Fernández, votaron a Milei en 2023. Hoy, tras los audios de corrupción de Karina Milei y los recortes a discapacitados y jubilados, ese voto se resquebraja.

“Hay que dar el debate: Milei no solo ajustó, sino que engañó. Prometió que el ajuste lo pagaría ‘la casta’, y hoy lo pagan los más pobres”.

La universidad, para él, debe ser un espacio para reconstruir alternativas. “No alcanza con defender lo existente. Tenemos que proponer un modelo de universidad popular, antiimperialista, al servicio del pueblo”, plantea. Y eso incluye discutir desde los contenidos académicos, como que en Sociología de la UNLP se estudie la sociedad argentina recién en quinto año, hasta el extensionismo, hoy abandonado por falta de fondos.

“Que los traidores al mandato popular tengan consecuencias”

Jonás García Leri, sobre el impacto en las agrupaciones de las universidades.

¿Qué universidad queremos?

El conflicto actual no es solo económico, sino ideológico. García Leri alerta sobre intentos de imponer el sistema de créditos (al estilo del Plan Bolonia europeo), o recortar planes de estudio en universidades del conurbano. “Quieren una universidad para pocos, no para transformar la realidad”, señala.

Su propuesta es clara:

  1. Financiamiento real: Que los docentes no cobren $250.000 (menos que un salario mínimo digno).
  2. Becas y comedores: Garantizar condiciones básicas para estudiar.
  3. Democratización: Que los estudiantes participen en las decisiones, no solo en las protestas.

“La universidad pública no es perfecta, pero es nuestra. Y si no la defendemos nosotros, ¿quién lo hará?”, pregunta.

El clima en La Plata: entre la memoria y la acción

La ciudad, con su tradición combativa, es un termómetro del conflicto. Jonás recuerda las tomas históricas de facultades como Derecho o Economía, algo impensable años atrás, y las movilizaciones que paralizaron la ciudad. “La Plata mostró que cuando la universidad se une, el gobierno retrocede”, afirma.

Hoy, el desafío es evitar la naturalización de la crisis. “Nos acostumbramos a que cada cuatrimestre sea un caos. Eso es peligroso”, admite. Por eso, insiste en que la respuesta al posible veto debe ser contundente y creativa: desde clases públicas en Plaza de Mayo hasta movilizaciones regionales que muestren que el reclamo es federal.

La calle como horizonte

Jonás cierra con una convicción: “Este gobierno necesita que nos quedemos en casa. Nosotros necesitamos que la calle hable”. La universidad pública, dice, es un proyecto de país. Y como tal, requiere de una lucha que vaya más allá de los clics en redes o las urnas.

“La reforma del 18, el Cordobazo… nuestra generación puede escribir otro capítulo. Pero hay que animarse a soñar en grande”.

Mientras el Congreso define el futuro de la ley, los estudiantes preparan una nueva movilización. Jonás, con su campera naranja (y el orgullo de ser platense y de Estudiantes), será uno de los miles que saldrán a decir: “la universidad no se vende, se defiende”.

  • -Informe de Pájaros en ‪@RadioConAguanteVisual‬
  • Un vuelo crítico sobre la realidad política, económica y cultural. Para verla desde otra perspectiva.
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