El futuro ministro de Economía había dicho que entre lunes y martes iba a dar a conocer a quienes lo acompañarán en la gestión. Raúl Rigo vuelve a la secretaría de Hacienda, de la que se fue hace un mes. Los otros nombres que suenan, pero no están confirmados.
(Por Pablo Mercau)
El miércoles 3 de agosto, Alberto le tomará el juramento y Sergio Tomás Massa volverá a un cargo ejecutivo a nivel nacional después de 4775 días. El 7 de julio de 2009 había dejado la Jefatura de Gabinete de Cristina, luego de haber reemplazado a Alberto Fernández menos de un año atrás.
Desde ese momento el derrotero del líder del Frente Renovador lo hizo pasar por la reelección en Tigre en 2011, por la ruptura con el Frente para la Victoria en 2013, por la candidatura presidencial en 2015, por una apuesta fallida al Senado en 2017 y por la vuelta a la alianza con el kirchnerismo, en su formato Frente de Todos en 2019.
Es este convulsionado 2022, a horas de su máxima responsabilidad en la política, Massa llega, como él mismo definió el fin de semana en Twitter, con “alma y vida” al sillón más caliente de la Argentina.
“Les comunico que Raúl Rigo será el Secretario de Hacienda. Lo acompañarán Jorge Domper como Subsecretario de Presupuesto y Claudia Balestrini a cargo de la Subsecretaría de Ingresos Públicos”, tuiteó desde su cuenta Sergio Massa, en la que todavía su perfil lo presenta como presidente de la Cámara de Diputados.
No es el tema primordial, claro, pero la institucionalidad que estremece a los republicanistas, no sabe de formatos de anuncios, muchos se horrorizarían ante la noticia de cómo el titular de un poder hace anuncios, sobre un área de otro poder que él aún no integra.
Les comunico que Raúl Rigo será el Secretario de Hacienda.
Lo acompañarán Jorge Domper como Subsecretario de Presupuesto y Claudia Balestrini a cargo de la Subsecretaría de Ingresos Públicos.El objetivo es ordenar y cuidar las cuentas públicas.
— Sergio Massa (@SergioMassa) August 1, 2022
Si se tiene en cuenta que la vocera presidencial anunció los cambios de gabinete de la semana pasada con una comunicación entrecortada y balbuceante, es evidente que la línea sigue siendo la misma. En el siglo 21 las unidades básicas y los despachos oficiales parecen funcionar en una cuenta de Twitter.
Las redes como herramienta central de la política: todo el poder a los datos (del celular).
Lo que se viene: nombres y líneas de acción
“El objetivo es ordenar y cuidar las cuentas públicas”, agregó Massa en su anuncio, en la previa de lo que será su salida de la Cámara de Diputados, su reemplazo en la banca por Juan Marino, del Partido Piquetero y su casi seguro reemplazo en la presidencia del cuerpo por Cecilia Moreau.
De los nombres que trascendieron, sin confirmación aún (ni oficial ni tuitera), se desatacan los de José Ignacio “el Vasco” De Mendiguren para Desarrollo Productivo y Gabriel Delgado para Agricultura, aunque en este caso hay dudas acerca de su actual tarea en un organismo internacional del sector y algunas cuestiones personales del economista, que en junio de 2020 había sido anunciado como interventor de Vicentín, operativo frustrado por la falta de decisión política y por esperar una propuesta alternativa del gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, que nunca llegó.
De la usina de rumores también salieron los nombre de Marco Lavagna (hoy titular del Indec), para ocupar el rol de viceministro; el de Eduardo Setti para que continúe en Finanzas (o bien que lo reemplace el titular del FGS de la Anses, Lisandro Cleri) y que Matías Tombolini, actual director del Banco Nación, pase a Comercio Interior.
El mismo miércoles de la jura, con la incógnita acerca de si la foto incluirá la presencia de Cristina, se anunció que comenzarán a conocerse las líneas centrales del plan económico y las primeras definiciones con que el Gobierno buscará dejar atrás un mes de corridas financieras y cambiarias, en un contexto de “desestabilización política”, como denuncian desde el Frente de Todos.
“El miércoles el presidente Alberto Fernández me tomará juramento y luego en conferencia de prensa voy a comunicar el plan de trabajo, objetivos y ejes a abordar, así como también la mecánica de los primeros 10 días que van a darnos un camino a recorrer y los desafíos a encarar como país”, publicó Massa, el domingo, en su cuenta de Twitter.
El freno a la tensiones financieras y las presiones cambiarias, mediante el ordenamiento de la macroeconomía aparece como lo urgente. Pero es el primer paso: la lista de demandas es extensa y de todos los sectores de la sociedad.
Además, en cuanto al frente externo se supo que el futuro ministro irá a Estados Unidos, Europa y Qatar en breve. Buscar divisas es la cuestión, con un ojo en las reservas cascoteadas estructuralmente y por la salida permanente de dólares. Si a eso se le suma la no liquidación de las ventas, por parte de los sectores exportadores del agro, el componente devaluatorio (descartado de manera implícita por Massa), es un cable explosivo al que atender con suma precaución.
La administración de esos intereses, siempre conflictivos, es el segundo elemento. La batalla distributiva, combinada con un explosivo cóctel inflacionario y de caída de los ingresos, es el marco. Y en el Frente de Todos saben, aunque parezca que falta mucho tiempo, que las elecciones 2023 se definen en las urnas, pero se cocinan en los bolsillos.