Daniela Borlenghi, responsable de una plataforma especializada en búsqueda laboral educativa, dialogó en una entrevista radial sobre la preocupante falta de docentes en la Argentina, especialmente en el sector privado.
En base a un informe reciente, elaborado a partir de los datos de la plataforma PickApply , Daniela Borlenghi advirtió que el 85% de las instituciones educativas privadas tiene dificultades para encontrar personal docente y el 93% no cuenta con equipos suficientemente preparados para abordar la crisis.
Borlenghi, directora de de ROB Consultora Educativa Integral analizó que “la falta de respeto hacia los docentes también aleja a los jóvenes de la profesión. Latinoamérica quedó anteúltima en percepción social del maestro”.
También aseguró que “las escuelas tienen que generar pertenencia. El docente ya eligió su vocación, ahora hay que lograr que quiera quedarse”.
En diálogo con Horacio Finoli y Pablo Mercau, en el programa “Ahora o nunca: el espacio de la educación” (Ecomedios AM 1220, sábados de 18 a 19), Borlenghi reflexionó sobre la falta de docentes, el impacto de la IA y el desafío de sostener la vocación en crisis.
-¿Sobre qué universo se hizo el estudio y cómo funciona la plataforma que dirigen?
Nuestra plataforma está enfocada en conectar gratuitamente a personas que buscan trabajo en el ámbito educativo con instituciones que necesitan docentes. Surgió justamente por la falta de espacios que conecten de manera eficaz ambos mundos. Hoy tenemos usuarios en todo el país, aunque el análisis se concentró especialmente en Capital, Gran Buenos Aires y Gran Mendoza. El relevamiento se limita al sector privado, porque el acceso al sistema público tiene un mecanismo completamente distinto, con concursos y puntajes.
-¿Qué factores explican esta escasez docente?
Es un fenómeno multicausal. Por un lado, hay una baja matrícula en los profesorados: los jóvenes no eligen la docencia como carrera. Además, carreras como inglés o informática tienen una enorme demanda en otros rubros con mejores condiciones laborales, lo que reduce la cantidad de profesionales disponibles para la educación. A eso se suma que muchos docentes necesitan tener dos o tres trabajos para alcanzar un ingreso digno, lo que fragmenta aún más su tiempo y disponibilidad.
-¿La falta de reconocimiento social también influye?
Sin dudas. Hoy ser docente implica un nivel de desgaste que muchas instituciones no están abordando. Hay una pérdida del respeto social hacia la figura docente que afecta directamente la vocación. En una encuesta global sobre la percepción social de los maestros, América Latina quedó en los últimos puestos. Esa desvalorización es un factor clave que incide tanto en la elección de la carrera como en la permanencia en las instituciones.
-¿Qué pueden hacer las instituciones frente a esta crisis?
Deberían preguntarse por qué los docentes no quieren quedarse. La estabilidad, el sentido de pertenencia y el buen clima laboral pueden marcar una diferencia. Muchos docentes eligen la carrera por vocación, pero si no encuentran un espacio que los contenga, migran a otros ámbitos. En ese sentido, fomentar equipos de trabajo sólidos, como ocurre con los equipos de orientación escolar, podría ser una estrategia más eficaz que intentar mantener el esquema tradicional de un docente frente a 35 alumnos.
-¿Cuál es el rol de la inteligencia artificial en este escenario?
Hoy la IA es vista por muchos docentes con miedo, como si fuera una amenaza a su rol. Pero no se trata de evitar que los estudiantes la usen, sino de enseñarles cómo usarla correctamente. El desafío está en formar a los docentes para incorporar estas herramientas en el aula. La figura del docente tiene que correrse del rol de “transmisor de saber” para transformarse en facilitador o moderador del aprendizaje.
-¿Qué cifras concretas surgen del informe?
El 85% de las escuelas privadas encuestadas tiene dificultades para encontrar docentes. A tal punto que muchas instituciones contratan estudiantes de profesorados con solo el 50% de la carrera realizada. Es como si aceptáramos operarnos con un médico que aún no se recibió. Además, la rotación es altísima, y la mayoría de las instituciones no cuenta con un área formal de recursos humanos para enfrentar esta situación. Las búsquedas se hacen contrarreloj, y eso afecta directamente la calidad educativa.
“En algunos casos, las escuelas contratan alumnos del profesorado con solo el 50% de la carrera hecha. Imaginate operarte con un médico que no se recibió”.
Daniela Borlenghi
-¿Cuáles son las áreas más críticas?
Las principales faltas se registran en matemática, nuevas tecnologías e idiomas. No es casual: quienes tienen esos títulos pueden acceder a trabajos mejor remunerados, incluso en el exterior. Un docente de tecnología o de inglés tiene hoy la posibilidad de trabajar remoto y cobrar en dólares, algo que la educación en Argentina no puede igualar.
-¿Y en relación con las condiciones laborales?
Los docentes del nivel medio, por ejemplo, suelen tener horas repartidas en varias escuelas o universidades. La rotación responde también a la necesidad de sumar múltiples empleos para llegar a fin de mes. Aunque se están empezando a discutir reformas para ofrecer cargos con mayor carga horaria y mejores condiciones, eso implica que las instituciones tengan que invertir más en cada docente.
-¿El informe considera también escuelas confesionales?
El muestreo incluye instituciones privadas de todo tipo: confesionales, laicas, urbanas, rurales, con jornadas simples o completas, y de diferentes niveles socioeconómicos. El objetivo fue tener una mirada amplia de la situación, que nos permita diagnosticar de forma realista y no sesgada.
-¿Cuál es el horizonte posible frente a esta crisis?
No podemos seguir centrando el debate solo en los salarios. Hay que preguntarse qué hacemos con lo que tenemos. La educación es atrapante, pero hoy un docente tiene frente a sí no una clase, sino 20 realidades distintas. Es necesario repensar el modelo educativo, recuperar el valor del trabajo docente y acompañarlo con políticas públicas, herramientas tecnológicas y estrategias institucionales que fortalezcan la vocación y el compromiso.