Rodolfo Kempf es doctor en Ciencias de los Materiales, investigador principal en el Departamento de Combustibles Nucleares de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y miembro del consejo directivo de ATE-CNEA. Explicó en Puro Contenido Radio los peligros de la paralización de la actividad en la planta de agua pesada que está en la provincia de Neuquén. Además hizo un detallado recorrido por los temas del la energía nuclear y el desarrollo nacional.
La situación actual de la PIAP, cuyos trabajadores están enrolados en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) e integran la Coordinación Nacional de Trabajadores de la Industria (CNTI) de la CTA Autónoma, es sumamente crítica y sus trabajadores están llevando adelante un acampe hasta al viernes 17 de diciembre, frente al Congreso de la Nación.
Entrevista en Puro Contenido Radio a Rodolfo Kempf Investigador y coordinador de Transición Energetica de la Coordinacion Nacional de Trabajadores de la Industria (CNTI CTAA)
Si no se implementa un plan de recuperación de la planta ubicada a 55 km de Neuquén Capital en la localidad de Arroyito, peligraría el suministro de agua pesada para el funcionamiento de las centrales de energía nuclear nacionales, por lo que esta cuestión lejos de ser local conlleva una importancia estratégica a nivel nacional.
“Mientras más se demora en tomar la decisión política, más costoso va a ser ponerla en producción” destacan los trabajadores en lucha.
Desde 2018 en particular la planta comenzó a ser objeto de un acelerado proceso de retiros voluntarios y despidos en una clara política de recorte y desmonte motorizada por el gobierno macrista en aquel entonces, que llevó a la reducción de su planta de 400 trabajadores a entre 90 y 100.
PIAP es administrada en conjunto por el gobierno de Neuquén y CNEA, siendo operada por una empresa pública, ENSI.