[10 de agosto de 2021] Acaba de publicarse el nuevo reporte del IPCC, el organismo de Naciones Unidas que estudia la ciencia del clima. Lo detalló Anna Sorensson, en Puro Contenido Radio. Es investigadora del Conicet y coautora del informe, donde científicos de todo el mundo advirtieron que “la temperatura media global aumentará por encima de 1,5 °C respecto de los niveles pre-industriales antes de fin de siglo, y esto se debe a las actividades humanas”.
Sorensson comentó que” se avanzó muchísimo desde el último informe, que fue en 2013, sobre todo en demostrar la responsabilidad humana en la aceleración del Cambio Climático. Hoy podemos atribuir un evento como una ola de calor, lluvias extremas o sequías a factores antropogénicos”, sostuvo.
Sin embargo, destacó que la actual sequía del Río Paraná, aún no puede atribuirse a la actividad humana ya que es “un evento muy reciente y todavía no fue incluido en el informe del panel”.
Si bien este informe no realiza recomendaciones, solamente describe científicamente los efectos del cambio climático, sí deja en claro que “es urgente y necesario reducir los gases de efecto invernadero como el CO2 y el metano. En un próximo informe en marzo, los científicos harán recomendaciones de cómo hacerlo”, destacó la científica, que trabaja en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA), dependiente del Conicet.
“En Argentina ya se están viendo cambios que se agravarán. En la costa, se proyecta una suba del nivel del mar de 20 centímetros hasta 2050. Y ya tenemos lluvias torrenciales más frecuentes, lo que puede provocar inundaciones en ciudades costeras”.
Perspectivas
En el Noroeste del país, la estación seca se está alargando y las lluvias se concentran en menos tiempo. En el sur, los glaciares están perdiendo volumen. Y las olas de calor, como la que sufrimos en 2013, serán más frecuentes”, detalló.
“No hay que pensar que si llegamos a 1.5 ° C de aumento de la temperatura global nos vamos a extinguir. Lo que tenemos que ver es cómo nos adaptamos”, advirtió la investigadora de origen sueco, nacionalizada argentina.
“Hace 17 años que vivo acá, y tengo pasaporte argentino”, contó con orgullo. “Llegué en 2001 para cursar mi maestría. Me gustó el mate al toque, me hice amigos, conocí sus casas y sus familias. Regresé a Suecia, pero allá me aburría, así que volví acá”, relató.