[23/09/2020] El ministro de Hacienda, Martín Guzmán, presentó el proyecto de presupuesto 2021 en la Cámara de Diputados y no esquivó la polémica por las nuevas restricciones en la compra de dólares, anunciadas hace una semana por el Banco Central.
En uno de los tramos de su presentación Guzmán vinculó la deuda tomada por privados a la presión cambiaria. Aunque el presupuesto no refiere a temas monetarios, aseguró que los anuncios de Miguel Pesce fueron de “forma coordinada y consensuada” con su cartera y con “el objetivo de frenar ese drenaje de reservas”.
“Son medidas que tienen que ver con un esquema integral de transición, no son características permanentes de la economía. No son medidas que nos pongan contentos: son para evitar que se transite un sendero que termine en mayor inestabilidad”, aclaró el ministro.
El “súper cepo”, como se lo denomina en la jerga financiera, fue anunciado en simultáneo al envío del presupuesto y por eso Guzmán esperó una semana para exponerlo ante los Diputados, que continuará con el tratamiento la semana próxima. Apuntó que además de alta demanda de dólar ahorro, hubo mucha presión sobre el mercado de cambios de empresas que tienen vencimientos en esas divisas.
“En los últimos cuatro años hubo un crecimiento de deuda financiera en el sector privado. Venía ocurriendo que las empresas no tenían incentivo a tomar financiamiento en pesos a tasas más bajas y acceder al mercado de cambio a 75 pesos por dólar y amortizar los vencimientos de capital. Si lo hacen todos al mismo tiempo el país se queda cada vez con menos reservas. Lo que termina ocurriendo, si no hace nada, es que el tipo de cambio termina saltando y termina siendo peor para todos”.
Hoy tenemos un frente comercial con superávit, pero una demanda de divisas en el frente financiero que le genera problemas, que la pone al país a la defensiva y requiere medias para poder lograr que se estabilicen las reservas.
Guzmán apuntó a los dos últimos años de Macri por este escenario. “Desde abril de 2018 y durante 2019 hubo un ingreso de capitales de tipo porfolio que construyó capital financiero con oportunidades de corto plazo. Y quedó un estado de ebullición y ansiedad en esos capitales que buscaban irse y el resultado fueron saltos en el tipo de cambio muy elevados”.
“Hoy tenemos un frente comercial con superávit, pero una demanda de divisas en el frente financiero que le genera problemas, que la pone al país a la defensiva y requiere medias para poder lograr que se estabilicen las reservas”, agregó.
Guzmán expuso en el salón de Pasos Perdidos de la Cámara de Diputados, acompañado por Sergio Massa y Carlos Heller, presidente de la Comisión de Presupuesto, que coordinó la reunión y dio lugar a una serie de preguntas. La puesta en escena fue impactante y se notó la sintonía política entre Guzmán y Massa.
El presupuesto contempla un dólar promedio de 102 pesos a diciembre de 2021, muy por debajo de su valor actual en el mercado paralelo, pero en sintonía con una inflación del 29% proyectada para 2021, que para Guzmán es alcanzable pese a que el índice de mercado que mide el Banco Central lo calcula por encima.
Además de los jefes de bloque y autoridades de la Cámara, junto al ministro llegaron los secretarios de Hacienda, Raúl Rigo, y de Finanzas, Diego Bastourre, que el próximo martes expondrán en otra reunión de comisión, ya para hilar fino sobre el articulado de la ley.
El presupuesto contempla un dólar promedio de 102 pesos a diciembre de 2021, muy por debajo del valor en el que se vende en el mercado paralelo, pero en sintonía con una inflación del 29% proyectada para 2021, que para Guzmán es alcanzable pese a que el índice de mercado que mide el Banco Central lo calcula por encima. “Durante los cuatro años de Macri, el mercado esperaba una inflación menor, en estos 9 meses, siempre pronostican una mayor”.
El ministro pregonó por “mantener la estabilidad del tipo de cambio real, una tendencia estable, asegurando condiciones de competitividad, y en el horizonte, que Argentina pueda contar con regulaciones de la cuenta de capital que son distintas de las que hoy están presentes”.
El déficit fiscal será de 4.5% del PIB y para el ministro es un llamado de atención, porque tal como le había señalado en privado a los legisladores del oficialismo, “Argentina necesita iniciar un sendero de sostenibilidad fiscal” y hasta hacer “políticas contracíclicas”.
“Esto significa que cuando la economía está mal hay que generar recuperación; y cuando está bien lidiar los malos momentos, con el Estado apoyado al sector privado en temas que no puede realizar, pero les favorece”.
El diputado oficialista Marcelo Casaretto le preguntó cómo podría combinar la expansión que plantea el presupuesto con un aumento del 1.1 al 2.2% de inversión pública, con esa restricción. “Hay que sostener las políticas anticíclicas y comprender que hay un límite al financiamiento del déficit fiscal”, insistió. Remarcó que Argentina tuvo superávit entre 2003 y 2009.
Guzmán admitió que será necesario bajar aún más el déficit fiscal
Según el presupuesto presentado el déficit escalará a 6% con los intereses de la deuda, que se redujeron por la reciente negociación con los bonistas y el aplazamiento de los pagos con el FMI hasta que inicie una negociación. El financiamiento llegará en un 40% de deuda pública en lo posible en pesos, un mercado chico que reclamó hacerlo crecer.
Y el otro 60% se completará adelantos transitorios del Banco Central, un mecanismo que incentiva la inflación y presiona al tipo de cambio, y un sector de Cambiemos reclama coparticipar. “No es el mix óptimo, pero es el factible. Lo óptimo sería depender menos del financiamiento monetario en estas condiciones, pero queremos hacer un Presupuesto sobre la base del realismo”, sostuvo el ministro.
“Esto es un presupuesto sobre la base del realismo. Hay que tener cierta flexibilidad en un escenario en el que consideramos razonable que haya contingencias”, señaló Guzmán, pero aún así defendió no haber incluido medidas para afrontar la pandemia como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). “Fueron, justamente, parte de una emergencia”.
Confió en un crecimiento de los salarios al nivel de la inflación y si bien sostuvo que la inversión previsional también está acorde a esas cifras, no brindó demasiados detalles de la ley de ajuste previsional que enviará antes de fin de mes. “Es una fórmula sostenible, que acompaña el crecimiento”.
Guzmán vaticinó un crecimiento de 5.5% producto de un rebote de la economía tras la abrupta caída de este año, basado en pilares como las políticas de vivienda, innovación y desarrollo, con mucha inversión pública. Habrá un crecimiento en décimas de la inversión en salud, educación y conectividad y un salto en políticas de género, de 703 millones a 6200.