[30 de octubre de 2020 / Por María Maneiro] ¿Todos nos imaginamos qué es vivir en la precariedad más absoluta? ¿Tomamos noción, cuando pensamos en la metáfora del “avivado” qué significa no tener agua, no tener baño, no tener paredes y dormir en un refugio de nylon?
(María Maneiro es doctora en Humanidades con mención en Sociología por el Instituto Universitario do Río de Janeiro, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y profesora del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Escuela de Humanidades de la Universidad Nacional de San Martín).
Ahora se habla con un desparpajo terrible que no se llegó a un acuerdo porque había “jóvenes” de “izquierda” que no negociaban. Entremos en este punto. Sí, había alguna base de apoyo de jóvenes activistas de diferentes organizaciones, con posturas diferentes. Estas organizaciones fueron las que bancaron en ese y en muchos barrios la reproducción de la vida en toda esta cuarentena. A su vez, en el caso de Guernica, muchas de ellas trabajaron mucho para llegar al acta que conocimos a mediados de semana; algunas organizaciones concordaban y otras no con el contenido del acta pero no seamos ingenuos los vecinos de los barrios toman sus propias decisiones…y la decisión a tomar se estaba discutiendo en las asambleas. Esa es la democracia de base y había un par de días más, sin cambiar los plazos estipulados, para buscar puntos de encuentro.
Al contrario de lo que se afirma, fueron estos apoyos de una diversidad de organizaciones los que garantizaron -junto con la enorme voluntad y entereza de los vecinos- los más de 100 días de ocupación, cuando se están desalojando procesos embrionarios de toma cotidianamente. Es tremendo cómo se quiere poner patas para arriba los argumentos.
De un desalojo cruel, despiadado y violento, de que esta niña esté jugando con cartuchos de bala los únicos responsables son las autoridades del ejecutivo provincial y esta justicia clasista y bochornosa que tenemos. Hoy y siempre necesitamos tierra para vivir. Mucha tristeza y mucha bronca.