En su primera intervención como presidente de Argentina ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Javier Milei lanzó duras críticas contra la organización internacional, cuestionando su rol actual y condenando las políticas que, según él, “imponen agendas ideológicas”.
El mandatario argentino comenzó su intervención destacando el supuesto “fracaso estrepitoso” de las políticas colectivistas que, según él, han afectado a Argentina durante más de un siglo. En su cruzada por posicionarse como defensor de la libertad a nivel mundial, Milei subrayó que la ONU ha evolucionado de una institución promotora de la paz y la cooperación entre estados hacia una estructura burocrática que busca “imponer una agenda global”.
Durante su discurso, Milei denunció el fracaso de las políticas colectivistas y el papel de la ONU en la promoción de la Agenda 2030, a la que calificó de “supranacional y socialista”.
Críticas a la ONU y la Agenda 2030
Milei destacó los primeros años de la ONU como exitosos, al promover un largo período de paz y crecimiento económico tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, aseguró que la organización se ha transformado en un “Leviatán” que busca influir en la vida de los ciudadanos a escala global. En particular, su crítica se centró en la Agenda 2030, que consideró un proyecto socialista que atenta contra la soberanía de los estados y los derechos individuales.
“El modelo de Naciones Unidas, que había sido exitoso, ha sido reemplazado por un modelo de gobierno supranacional de burócratas internacionales, que pretenden imponerle a los ciudadanos del mundo un modo de vida determinado”, sentenció Milei. Agregó que la agenda global propuesta para erradicar la pobreza, desigualdad y discriminación solo profundiza estos problemas al intervenir en las libertades individuales y la soberanía de las naciones.
Acusaciones de “hipocresía”
En uno de los momentos más tensos de su discurso, Milei acusó a la ONU de hipocresía por permitir que regímenes autoritarios, como los de Cuba y Venezuela, ocupen asientos en instancias de derechos humanos, mientras ignoran violaciones a las libertades fundamentales. En respuesta, el Presidente prometió que Argentina adoptará un enfoque más “proactivo en la defensa de la libertad, abandonando la tradicional neutralidad que ha caracterizado su política exterior”.
Milei también propuso una “nueva agenda” para las Naciones Unidas, centrada en los principios de libertad y soberanía de los pueblos, en contraposición a lo que considera la actual orientación de la organización hacia el colectivismo.
Breve mención a Malvinas, silencio sobre los atentados a la AMIA y la embajada de Israel
El tema de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, una cuestión recurrente en los discursos de los presidentes argentinos ante la ONU, fue mencionado brevemente por Milei. Señaló que la ONU “no ha cumplido satisfactoriamente su misión de defender la soberanía territorial” de los estados miembros, y criticó el uso del veto en el Consejo de Seguridad, describiéndolo como una herramienta que defiende los intereses particulares de sus miembros permanentes.
No obstante, en su discurso Milei no hizo ninguna referencia a los atentados más graves sufridos por Argentina: el ataque a la embajada de Israel en 1992 y la explosión de la AMIA en 1994, temas que han sido abordados con regularidad por sus predecesores en el escenario internacional.
Una postura desafiante de Javier Milei
El discurso inaugural de Javier Milei ante la ONU marca un cambio notable en la postura de Argentina en la arena internacional, con una retórica desafiante y centrada en la defensa de los principios de libertad y soberanía. Su rechazo frontal a la Agenda 2030 y las políticas colectivistas de la ONU anticipan una política exterior más alineada con su ideología libertaria, y posiblemente más confrontativa con el multilateralismo tradicional.