Pensar la Argentina desde el mundo: historia, crisis de la democracia y la construcción de alternativas

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Alexia Massholder y Atilio Borón analizan la multipolaridad, el rol de China, Rusia e India, la democracia de baja intensidad, la tecnología como disputa política y la necesidad de una autocrítica del peronismo y de las fuerzas populares frente al gobierno de Javier Milei. Una conversación en profundidad sobre el mundo en transición, la crisis del capitalismo, el avance de las derechas y los desafíos del campo popular en la Argentina y América Latina.

En un encuentro que trascendió la formalidad académica para convertirse en una peña de pensamiento y militancia, Alexia Massholder, Dra. en Ciencias Sociales y directora del Centro de Estudios y Formación Marxista Héctor Agosti (CEFMA), y Atilio Borón, Dr. en Ciencias Políticas y destacado intelectual, compartieron sus reflexiones sobre el complejo panorama global y local.

La conversación, moderada por Pablo Mercau, Jorge Kreyness, Solana López y Luana Haiht en el programa Informe de Pájaros, por Radio con Aguante, se centró en la necesidad de superar el ensimismamiento argentino para comprender el proceso de reordenamiento internacional y la profunda crisis del capitalismo.

La charla comenzó con un tono deliberadamente informal, casi de peña. Entre bromas sobre los nombres propios y las ubicaciones en la mesa, “hay que estar a la izquierda de Alexia”, ironizó Atilio Borón, se fue armando el clima de una conversación que buscaba algo más que el comentario coyuntural. La propuesta, era “abrir la puerta al mundo” para pensar la Argentina desde un contexto más amplio, salir del ensimismamiento y recuperar aire en un tiempo marcado por la urgencia permanente.

🎥 Borón y Massholder/1: El mundo ya cambió: crisis del capitalismo y el desafío del campo popular


Ese encuadre fue clave para el primer movimiento del diálogo. Borón ubicó de inmediato la situación argentina como parte de un proceso global de reordenamiento internacional. Retomando a Gramsci, describió un mundo en transición: lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer, y en ese interregno proliferan las derechas extremas. El fenómeno, subrayó, no es exclusivo de América Latina ni de Europa: atraviesa a potencias como la India, gobernada por una derecha fundamentalista encabezada por Narendra Modi, aunque con rasgos específicos derivados de su peso geopolítico y de su historia interna.

“La multipolaridad ya le pasó por encima a Estados Unidos. El mundo está en otra película que no es la que miramos, es la que nos dejan ver”.

Alexia Massholder, sobre la multipolaridad y la pérdida de hegemonía

La India apareció así como un caso paradojal. Borón explicó que, pese a su gobierno de derecha, conserva márgenes de soberanía que países más pequeños no tienen. Mantiene vínculos estratégicos con Rusia, especialmente en materia energética y militar, y juega un rol central en los BRICS, lo que le permite desobedecer abiertamente las directivas de Estados Unidos sin pagar los costos que pagarían otros. Jorge Kreyness amplió esa idea al recordar la reciente visita de Vladimir Putin a la India y el avance de una arquitectura financiera alternativa al dólar, impulsada por China, Rusia y la propia India.

La conversación se desplazó entonces hacia el terreno de la defensa y la soberanía. El ejemplo a recordar es que antes del cambio de gobierno en Argentina, existían negociaciones abiertas para la compra de aviones de combate que incluían opciones chinas, francesas e incluso indias, cuyos desarrollos apuntan a una producción con componentes nacionales. Frente a eso, Borón fue tajante: lo que Argentina terminó comprando, los F-16 usados vía Dinamarca, es “chatarra vieja”, descartada por la OTAN.

La tiranía del apuro y la conciencia histórica

Ese contraste abrió una reflexión más profunda sobre el tiempo histórico y la dificultad de pensar procesos largos en un presente dominado por la velocidad, la hipercomunicación y la exigencia de respuestas inmediatas. ¿Cómo leer la historia mientras se está adentro de ella? ¿Cómo escapar del apuro permanente?

Alexia Massholder respondió con una crítica directa al sistema: no es que estemos apurados por naturaleza, dijo, sino que el capitalismo nos empuja deliberadamente a ese estado para impedirnos “parar la pelota” y pensar. Desde allí introdujo un eje que atravesaría toda la charla: la conciencia histórica.

Relató su experiencia reciente en Rusia y China, donde, más allá de las diferencias políticas, persiste una fuerte conciencia de proceso histórico y de continuidad nacional. En esos países, explicó, la memoria no es un ejercicio nostálgico sino un insumo central para la soberanía y la proyección política.

🎥 Borón y Massholder/2: China, Estados Unidos y América Latina: geopolítica, democracia y futuro


El contraste con América Latina fue inmediato. Aquí, sostuvo Massholder, la temporalidad está rota por un sistema político-mediático que “nos mantiene corriendo detrás de la coyuntura”.

Su regreso de China coincidió con el anuncio de la compra de los aviones daneses, un hecho que vivió como un choque brutal con la realidad argentina. En China, recordó, Xi Jinping insiste en no olvidar de dónde viene el país, apelando a una historia de miles de años. Esa conciencia, subrayó, es clave para cualquier construcción política.

Solana López sumó una capa más al análisis al señalar que América Latina se constituyó a partir de genocidios, lo que marca profundamente su memoria histórica. Las derechas contemporáneas, dijo, “profundizan la fragmentación social para impedir la construcción de un sentido de comunidad histórica”.

Massholder retomó la idea desde la geopolítica: América Latina ocupa un lugar estructural en el mapa del imperialismo, y el actual “ajuste de tuercas” en la región responde al avance de la multipolaridad, una pesadilla largamente anticipada por estrategas como Zbigniew Brzezinski.

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“El sistema adrede nos mete todo el tiempo en apuros para impedirnos que podamos parar la pelota y mirar un poquitito hacia dónde estamos yendo. La conciencia histórica es fundamental”.

Alexia Massholder, sobre la conciencia histórica y la temporalidad

El triunfo del capitalismo y la crisis de humanidad

La pregunta por el lugar de América Latina en este nuevo escenario fue formulada por Luana Haiht. Borón respondió apoyándose en documentos recientes de la política estadounidense: por primera vez en décadas, América Latina, rebautizada como “hemisferio occidental”, ocupa un lugar prioritario en la estrategia de seguridad de Estados Unidos. La razón es clara: Washington ha perdido gravitación en Asia y África, Europa se desintegra y China emerge como la principal potencia económica global, ajena a la tradición occidental.

“El lugar central que hoy el gobierno de Estados Unidos le da a Latinoamérica no es un privilegio, es porque han perdido el resto del mundo. Europa se está desvaneciendo, ha perdido su identidad”.

Atilio Borón, sobre la estrategia de EE. UU. en América Latina

Los datos económicos reforzaron ese diagnóstico. Borón citó cifras de la CEPAL: el comercio entre América Latina y China pasó de 12.500 millones de dólares en el año 2000 a más de 518.000 millones en la actualidad. Esa dependencia vuelve impracticables las órdenes de ruptura que Estados Unidos transmite a gobiernos como el de Chile o Argentina. La realidad material, sostuvo, choca contra los alineamientos ideológicos.

La charla también se permitió mirar hacia adentro de Estados Unidos.

¿Hay grietas posibles en un país atravesado por el trumpismo y polarización?, se preguntó.

Borón, gran conocedor de la sociedad y la política de Estados Unidos, señaló signos de crisis: baja aprobación presidencial, derrotas electorales locales y un fuerte giro de la juventud, incluida parte de la juventud judía, hacia la causa palestina. Sin embargo, advirtió que la crisis del poder estadounidense no implica automáticamente una alternativa progresista organizada.

Ese punto condujo al debate sobre capitalismo y socialismo. Frente a la insistencia mediática en la “crisis del socialismo”, Massholder devolvió la pregunta: ¿cuáles son las consecuencias del triunfo del capitalismo?

El mundo actual, dijo, es su resultado. “Las condiciones objetivas para una transformación están dadas; el problema es la construcción de las condiciones subjetivas”, refelxionó. Desde su experiencia en China, describió un proyecto geopolítico que busca integrar al Sur Global, no como geografía sino como posición histórica, ofreciendo una alternativa menos salvaje que el orden occidental.

Borón coincidió en que el capitalismo atraviesa una fase de putrefacción, pero advirtió sobre los tiempos políticos: “cuando las fuerzas populares no ofrecen salidas, la derecha ocupa ese vacío con figuras cada vez más violentas”. De allí su preocupación por la ausencia de una autocrítica profunda en el campo popular argentino, especialmente tras la experiencia del gobierno de Alberto Fernández.

🎥 Borón y Massholder/3: Milei, el capitalismo en crisis y la democracia de baja intensidad


La autocrítica necesaria en Argentina: peronismo, democracia y juventud

El debate se desplazó entonces al peronismo. Massholder y Borón coincidieron en la necesidad de revisar críticamente la ideología de la conciliación de clases y el funcionamiento de una democracia reducida a su dimensión electoral. Borón fue especialmente duro al señalar que sin una crítica al capitalismo no hay posibilidad de una propuesta superadora. La democracia actual, sostuvo, “permite alternancia de figuras pero no de políticas, mientras la desigualdad se profundiza”.

La conversación avanzó hacia las transformaciones culturales y generacionales. Borón describió un quiebre profundo en el sentido común, especialmente entre los jóvenes, atravesados por el neoliberalismo, el individualismo y la desconfianza en la acción colectiva. La tecnología apareció como un factor central: lejos de ser neutral, estructura subjetividades. El teléfono, dijo Borón, es una “Kalashnikov” que “el campo popular no sabe usar, mientras la derecha la maneja con eficacia”.

“Esto no es un teléfono, esto es una Kalashnikov, es un fusil de asalto al orden burgués, pero lo que pasa es que tenemos los Kalashnikov así en un armario y no las usamos”.

Atilio Borón, sobre la tecnología como herramienta de lucha

Massholder aportó una mirada comparativa: en China, la tecnología está integrada a un proyecto colectivo con planificación de largo plazo. Allí, mientras la población se conecta masivamente, el Estado sacó a 800 millones de personas de la pobreza. La diferencia no es el dispositivo, sino el proyecto político que lo orienta.

Alexia Massholder dejó también una definición contundente sobre la responsabilidad ante el avance de la derecha: “me preocupa mucho más que lo que están haciendo ellos, lo que no estamos haciendo nosotros, porque si uno apela a la racionalidad, por la mitad de las cosas que vienen haciendo tendríamos que estar absolutamente todos movilizados y unificados”.

El cierre volvió sobre la pregunta por el futuro. Frente a un gobierno decidido a avanzar sin encontrar resistencia, Borón planteó que la reconstrucción será dura y que “no habrá salidas moderadas”. Aun así, sostuvo que lo que lo entusiasma es la lucha por instalar la idea de que hay vida después del capitalismo. El desafío, concluyó, es enorme: la derecha tiene hoy una internacional organizada; el campo popular, no.


Informe de Pájaros

El equipo de Informe de Pájaros, con los invitados Alexia Massholder y Atilio Borón. Una charla a fondo sobre la realidad de Argentina en el contexto mundial.

📅 Martes | ⏰ 20 a 22 en Radio con Aguante

📍Con Pablo Mercau, Solana López, Jorge Kreyness y Luana Haiht.

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