La empresa atraviesa un nuevo episodio de conflicto interno tras la expulsión de Pablo Biró, secretario General de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), del Directorio de la compañía.
La decisión fue tomada por la Asamblea de Accionistas de la aerolínea, en una reunión llevada a cabo en las oficinas del Aeroparque Jorge Newbery, con el aval del principal accionista: el Estado nacional.
En un comunicado oficial, Aerolíneas explicó que la salida de Biró responde a sus reiteradas acciones “desleales” y “contrarias a los intereses de la empresa”. El sindicalista habría promovido 13 medidas de fuerza a lo largo del año, disfrazadas como “asambleas informativas”, que provocaron demoras y cancelaciones de vuelos, afectando a más de 100 mil pasajeros y generando pérdidas millonarias para la aerolínea.
Las tensiones entre Biró y la dirección de Aerolíneas han escalado en los últimos meses, en gran parte debido al doble rol del dirigente, quien, además de liderar el gremio de pilotos, formaba parte del Directorio de la empresa. Desde Aerolíneas, se lo acusa de cuestionar públicamente la seguridad y la capacidad operativa de la compañía, lo que debilitó aún más la relación.
Frente a esta situación, Biró anunció que impugnará su expulsión ante la justicia, lo que abre un nuevo capítulo de conflicto legal que podría prolongarse en los próximos meses. Mientras tanto, la empresa se enfrenta a otro foco de tensión laboral, luego de que Gustavo García Lemos, gerente de Operaciones, decidiera retirar su renuncia tras una orden judicial que exigía la reincorporación de tres pilotos despedidos.
Este clima de inestabilidad en Aerolíneas se produce en un contexto marcado por la reciente manifestación del presidente de la Nación Javier Milei, quien expresó su intención de avanzar en la privatización de la empresa. A pesar de las dificultades, Aerolíneas Argentinas registró un resultado operativo positivo de un millón de dólares en septiembre, su mejor desempeño en más de dos décadas.
Con la expulsión de Biró y el conflicto sindical en curso, el futuro de Aerolíneas sigue siendo incierto, tanto en lo que respecta a la gestión interna como a las posibles decisiones gubernamentales sobre su futuro.