El análisis de Gabi Ensinck, en Puro Contenido Radio, sobre la vinculación entre ambiente y feminismo. ¿Qué es el ecofeminismo y cuáles son las características de sus dos principales corrientes? Además, una historia de energía obtenida a partir del reciclaje, para abastecer un tren turístico en la Patagonia.
En el marco de las movilizaciones por el 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres Trabajadores, hay que establecer una conexión entre las miradas ambientales las cuestiones de género. Uno de esos aspectos tiene que ver con lo que se conoce como el ecofeminismo.
Las mujeres son también, y estos son datos de la Organización de las Naciones Unidas, las principales víctimas de la crisis climática y socio ambiental que estamos viviendo. Porque en general las mujeres somos más vulnerables a la pobreza también.
En ese marco está surgiendo un movimiento interesante, que es el ecofeminismo con las propuestas de los aportes del feminismo por un lado y del ambientalismo por el otro.
Esto tiene dos corrientes; una que dice que las mujeres, naturalmente, al parir, al tener hijos tienen más contacto con la Tierra, con la naturaleza.
La otra corriente dice: esto ocurre por el rol asignado tradicionalmente, que es el de cuidados, en el que las mujeres cumplimos mayormente esas funciones que son trabajos no remunerados.
El 8M, efectivamente, algunas organizaciones del ecofeminismo salieron a manifestarse, entre ellas la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT). Ellas comentan un dato que tiene impacto a nivel global, que señala que las mujeres son el 40% en la producción de alimentos y en la Argentina, en el rubro de pequeños productores, de agricultores, de indígenas y campesinos, son mayoría.
Así como son mayoría las mujeres, también en tareas de reciclado. Hoy las cooperativas de recicladores tienen, según datos de estas organizaciones, más del 60% de mujeres.
Esto también ocurre entre las activistas ambientales. Recordemos, por ejemplo, el fallo Mendoza, de la Causa Riachuelo. Fue Beatriz Mendoza, una psicóloga social que visitaba a Villa Inflamable y los barrios lindantes al Riachuelo, quién inició está causa que terminó en un fallo que obligó, desde la Corte Suprema, a la Ciudad, a la provincia de Buenos Aires y los municipios a limpiarlo.
Están también las madres de Ituzaingó, en la provincia de Córdoba, que fueron las primeras en denunciar los efectos de los agroquímicos en la salud y aún continúan con esa lucha. En este caso, esto derivó en la primera condena a productores por el uso de esos productos.
En general, en este rubro como en otros, son las mujeres madres las que salen a encabezar estás luchas en este caso de características ambientales.
Por otro lado también tenemos algunos datos del impacto en el ambiente del Informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, que advierte los efectos que ya estamos viviendo y propone que se comiencen a acelerar mecanismos como la transición energética, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Todo lo de estos días, también nos lleva pensar en la situación entre Rusia y Ucrania. Muchos dicen que esta guerra tienen que acelerar proceso de transición energética hacia energías limpias, y que va a traer cambios geopolíticos importantes, porque el mapa de países productores de energía va a cambiar.
Argentina tiene muchísimo potencial en el sector de energías renovables.
En ese punto hay que destacar a las mujeres originarias como luchadoras ambientales. En general, los pueblos originarios están en las zonas donde se produce petróleo no convencional, como en Vaca Muerta, y donde está el litio en el norte del país.
Hay un movimiento muy interesante, que es el de Mujeres Originarias por el Buen Vivir. Ellas llevan más de 10 años de reclamos organizaciones y caminatas, en la que piden cosas muy simples como el derecho a la Tierra y el derecho al agua: reivindicaciones que parecen que en el Siglo 21 no tuvieran que hacerse, pero que lamentablemente está encabezando.
Cómo se alimenta La Trochita
En este tren turístico, en la provincia de Chubut, se hizo una prueba piloto con un combustible en base a plásticos reciclados. Cuando el plástico no se puede reciclar, el último uso que se le puede dar es la combustión; generar energía a partir de estos residuos.
Esto se estuvo haciendo en estos días en forma exitosa en La Trochita y se espera que después de algunas otras pruebas comiencen a funcionar y se reemplace así a los combustibles tradicionales en este tren turístico.
Es de esperar que esto impulse iniciativas similares en otros trenes. Es un medio de transporte muy ecoeficiente, porque transporta mucho más volumen de personas y mercaderías con menos gasto energético y menos contaminante.
Si a esto se le añade el combustible no convencional, que además hace uso de un material que de otra manera quedaría enterrado y contaminando, es bienvenido doblemente.