[29 de enero de 2021] Matías Marchetti es Licenciado en Nutrición, especialista en cambio conductuales en la familia y en el deporte. En el contexto del debate parlamentario de la Ley de Etiquetado de Alimentos (ya votada en el Senado), lo consultamos sobre ese tema. Además, sus consejos para una relación sana entre los cuerpos y la alimentación.
El primer dato duro que arroja Matías Marchetti en la charla es elocuente: “el 65% de la población argentina tiene sobrepeso” y se pregunta cómo puede ocurrir esto frente al avance de la nutrición.
“Ya tenemos 40 años profesando con respecto a la comida y está demostrado que no funciona”, dice el profesional y agrega que “estamos en una especie de adolescencia nutricional donde empezamos con una cultura que conocíamos desde los abuelos, con poco fundamento científico. Pero ahora estamos evolucionando a otro tipo de sociedad. Pero es una pena que tanta información esté siendo manipulado, sesgada por la productividad y el consumo”.
“La gente, por ejemplo, asocia al verde con que es saludable y en realidad es ultraprocesado. Estamos tan adolescentes, en el sentido de que tenemos un montón de recursos, pero adormecidos por la comodidad de darnos todo masticado, de que la información sea científica, comercial, que no nos deja discernir lo que es la comida real o realmente lo que es consumismo”, asegura.
Perfil
Matías Marchetti, es nutricionista, especialista en cambios conductuales en la familia y en el deporte y es creador, además, de un innovador método de nutrición y bienestar.
-En ese sentido, la discusión en el Congreso de la Nación, la ley de etiquetado de alimentos, el etiquetado frontal y es algo central. Nosotros lo hemos tocado varias veces el tema queremos tener tu mirada, por supuesto, ya estás anticipando tu posición, obviamente, pero ¿qué implicaría tener mayor acceso a la información en este caso?
-Siempre le digo a todo el mundo que inventaron un lenguaje, no sé, chino y nunca se nos enseñó a hablarlo. Entonces las empresas tienen forma de comunicar que tienen sus productos, pero nunca te enseñaron que los ingredientes van de mayor cantidad a menor cantidad, nunca te enseñaron por ejemplo qué es un carbohidrato. Entonces esta información termina siendo sesgada y manipulada por el marketing: te dicen ‘sin colesterol a un producto vegetal que nunca tuvo colesterol’. Y vos creés y comés porque es más saludable.
Luego, ¿te imaginás si te ponen de límite 10 miligramos de sodio y te ponen 9.99 y ya no te pueden poner etiquetado frontal? Lo que va a hacer la industria es aprovechar todo eso, porque es un gran camino, un avance para empoderar a la gente. Pero tenemos que formar a la gente empoderada para que la industria tenga como límite el que deje de consumir un producto engañado.
-En cuanto al entrenamiento, porque si bien uno tiene que tener buenos hábitos con la comida y ser sano, hay muchas gente que tal vez come bien pero no hace deporte. Entonces, cómo tienen que ir de la mano los buenos hábitos con la comida y con el entrenamiento.
-Es súper importante, que cuando hablás de normalidad vos te ponés a pensar qué es lo normal, porque eso es una media y un promedio, cada uno tiene algo muy específico. Entonces, habría que ver si entendemos a la salud como este acondicionamiento un poco de fuerza para no perder esa tonicidad en tu columna vertebral y que no te duela las cervicales de tanta computadora; hay que ver la parte cardiovascular para que vos entiendas que tu corazón tiene que estar fuerte. Entonces, para mí es un mix de habilidades y actividades que te den placer. Porque en definitiva, lo que no te da placer no lo vas a poder sostener mucho tiempo. Y cómo hacerlo en conjunto de una forma sistemática o repetida en la semana. La idea es que sea una actitud personalizada para que cada uno utilice lo que necesita.
-Retomo el tema de los alimentos. Es evidente que hay muchísima desinformación y eso nos impide tomar decisiones correctas. ¿Qué consejo nos puedes ayudar tener a mano? ¿Qué dos o tres elementos centrales de la alimentación cotidiana detectas y entendés que tenemos que evitar cuanto más podamos?
-Mirá, te doblo la apuesta de los que es la letra chica. También te hacen propaganda de anclaje emocional donde te muestro una receta absolutamente procesada, llena de químicos con la abuela que lo hace casero. Entonces vos tenés esa confusión emocional de lo que a vos en tu familia hoy en día te falta, porque estás laburando 16 horas, de una comida casera en un paquete industrializado lleno de químicos que no sabes ni cuáles son.
Dónde ves esa letra chiquita y ni siquiera distinguir qué corno te están poniendo, entonces tal vez por esos ultra procesados, van a tener una inflamación intestinal que hoy en día, se está descubriendo, pero que dentro de cinco años vamos a ver realmente qué es lo que va a quedar y qué es lo que va a seguir ahí.
-¿Qué sería lo mejor? Tener un permitido una vez cada quince días, una vez por semana? ¿Y cómo sería eso?
-Me encanta lo que decís, porque es difícil hablar a un público general y hablar de lo permitido. Primero, porque esto no te va a permitir un nutricionista desde la imagen paternizada de que estás haciendo algo mal o bien. Me parece que hay que hacer referencia a lo que realmente uno puede tener de flexibilidad con alimentos que realmente no suman nada nutritivo, pero sí el placer y el placer no es un enemigo del ser humano.
-Obviamente, con el contexto del año pasado de la pandemia, imaginamos que dificultó una serie de atenciones que seguramente no eran las urgentes en la vida. ¿Notaste que hubo una relajación mayor o al contrario, si también hubo más tiempo para dedicarse a la comida casera de personas que estuvieron más tiempo en la casa y decidieron optar por incursionar en el mundo de la cocina casera y comer un poco mejor o por lo menos intentarlo?
-Tenés varios grupos, pero en promedio la gente aumentó entre uno y tres kilos. Pero hay mucha gente que laburó mucho menos y tuvo la capacidad de hacer una introspección con respecto a ella misma: ‘ahora puedo dar lugar a la actividad física, ya que no me lo daba porque no tenía tiempo, o voy a hacer comida casera porque antes no tenía tiempo”.
Es un proceso que está muy bueno que cada uno lo pueda vivir, que pueda sentir, pero que entienda que las cosas que no le dedicas tiempo y no te enamoras del proceso terminás abandonando y te terminás alejando. Hoy en día la libertad ó el éxito no es simplemente ganar económicamente. Vivimos en un mundo que te va a devorar, es comprender que te estás equivocando de bando y que en algún momento lo vas a pagar.
Muy buen post, muy recomendable! Saludos.