“Hay que cambiar las prácticas que generan estos incendios”

[24 de febrero, 2022]

Gaby Ensinck, en Radio Cooperativa AM 770, analiza el detrás de los incendios en Corrientes. La estructura productiva, el desmonte de los bosques nativos y su reemplazo por desarrollos forestales de especies que no son autóctonas como el pino y el eucaliptus, las consecuencias que ya se viven del cambio climático y cómo este escenario ya estaba anunciado.

El tema de los incendios va más allá de un hecho puntual y tiene que ver con la crisis climática que estamos viviendo, la sequía prolongada sumada a prácticas insostenibles, que a veces no parecen ser perjudiciales para el ambiente, pero si lo son: por ejemplo la forestación en la provincia de Corrientes.

Hay un gran porcentaje de hectáreas que están forestadas con pino y eucaliptus, que no son especies autóctonas. Eso en parte son los bosques que en este momento se están quemando, pero no solo se ardieron las plantaciones sino también los humedales, que son las zonas naturales de la provincia.

Los incendios quemaron más de 460 mil hectáreas de humedales, de la 780 mil que afectaron la provincia. Son datos alarmantes y nos hablan de un cambio drástico en las formas de producción y consumo.

Hay un informe de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que dice que este fenómeno llamado La Niña trajo una sequía prolongada, que también hace que los ríos están descendiendo su caudal. Mientras hay lluvias en la zona pampeana que hace que hubiera cierto alivio en las cosechas, hay sequía en el noreste del país. Mientras en Buenos Aires tuvimos una sola semana de ola intensa de calor, en el NEA se prolongó por varias semanas; es este fenómeno de que las temperaturas no bajan ni siquiera a la noche.

Todo esto hace un combo bastante explosivo, que nos está llevando a un momento de incendios y la discusión va más allá de si hay un avión hidrante más o menos. El ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, fue al Congreso y repite un dato que todos los días aparece en el informe de incendios forestales: el 95% de los incendios tienen que ver con la actividad humana, entre intencionales y accidentales, ya sea por prácticas erróneas o por descuidos.

Hay otro informe muy interesante del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), que habla acerca de si es posible reducir los incendios forestales y comenta el caso de cómo empezaron a acentuarse estas quema de pastizales cuando se intentó avanzar con una ley de ordenamiento territorial de bosques nativos, proceso que lleva una década.

Algunos productores o especuladores inmobiliarios empezaron a generar quemas para degradar estos terrenos, para que no sean más espacios naturales y luego puedan ser destinados a actividades productivas.

Además, hay productores que llevan adelante prácticas que repitieron durante años y dicen “¿para que voy a cambiarlas?”. El tema es que el clima cambió: una zona de lagunas y humedales como los Esteros del Iberá, que toda la vida tuvieron agua hoy están secos. No se puede seguir adelante con la práctica de quemar pastizales, porque además la ciencia y la tecnología proponen otras técnicas para eso.

Por otra parte, también hay que prestar atención a las plantaciones, porque plantar árboles parece que está bueno, pero no se trata de plantar cualquier especie en cualquier lugar y además en el volumen en que se hace.

Lo de Corrientes es, de alguna manera, la historia del extractivismo. Está reflejado en la monumental obra de Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, donde en algún momento cuenta la compañía de la United Fruit, la compañía bananera que arrasa también con esa región del Caribe y todo el tiempo pasa. Porque en aras de un supuesto progreso, en este caso vienen a ser la mega plantaciones forestales, hay que ver el impacto que tienen.

Por eso a la hora de ver estos incendios hay que reflexionar sobre las prácticas poco sustentables, que agravan un tema que cada vez va a ser más extendido. Porque con el cambio climático las sequías prolongadas así como las lluvias extremas, van a ser más frecuentes y hay que adaptar las nuevas formas de producir a estas nuevas circunstancias. No se puede seguir pensando como antes.

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